Francisco José Hidalgo (M.D.MAY) empezó a escribir en su celda, bajo la luz de un foco. Mientras la cárcel dormía, él se revolvía en los pensamientos y actos que lo habían llevado a dormir entre rejas. Era 2016 y Paquito, como lo conocen los suyos, había pasado página de su capítulo más oscuro. Pero los engranajes de la justicia no se detienen y sus cuentas pendientes lo habían arrastrado a una prisión por quinta vez en su vida.

Sus primeras letras, una suerte de “carta-poemas”, como relata, se convirtieron en su terapia personal: un canal donde vaciarse, sincerarse y perdonarse. “Salía de un período caótico de mi vida. Al principio empecé a hacer rap para desahogarme, quitarme el peso de encima, mis vivencias. Focalicé todo eso escribiendo letras”, explica desde un estudio de grabación en la Zona Franca, rodeado de tres amigos.

M.D.MAY con Eric Zambrano, el realizador de los videoclips, y Nelson, un amigo de la infancia, en la Zona Franca  / PABLO MIRANZO



 

Entre viejas naves industriales abandonadas, a unos metros de la plaza del Nou, ríen y comentan el último vídeo de su canal de Youtube. Sus letras narran el pasado, los errores y aciertos, en definitiva, su intensa historia personal enmarcado en su barrio: El Raval. A Paco, de 32 años, le marcó ver a su hijo de dos años a través de un cristal. Su último ingreso carcelario le hizo reflexionar. “Ya había pagado alguna condena, pero no tenía a mi mujer y mi hijo. No tenía responsabilidades. Solo me tenía a mi. En cambio ahora les estaba arrastrando a ellos también”. Desde entonces, ha llenado muchas libretas canalizando todas esas reflexiones con papel y bolígrafo.

UN HOGAR DESESTRUCTURADO

En conversación con este medio, Hidalgo rememora su complicada adolescencia en un hogar “desestructurado” con un padre enganchado a la bebida. “El alcohol, siendo legal y justificado por el Estado, es una de las peores drogas que he visto jamás. Te cambia la personalidad por completo. Mi padre era como Doctor Jekyll y el señor Hyde. Un día estaba bien y otro te daba por todos lados, y no sabías ni por qué”. El miedo a regresar a casa lo expulsó a las calles de Ciutat Vella donde empezó a hacer “tonterías” con los amigos a quien creía su familia. “Te crías allí y te acabas adaptando porque, a la larga, el ser humano se adapta a cualquier cosa”, reflexiona.

'Paquito', sentado en la escalera de su edificio / PABLO MIRANZO



 

“Por culpa de los palos que te dio tu padre ebrio te volviste malo y te escapaste del colegio / Esperando como loco que pasara ese tiempo, queriendo ser mayor para vivir tu propio cuento”, narra en Delincuentes. Sus vídeos son un retrato del barrio chino, orgullo del “01”, como reivindica desde la calle dels Salvador, donde reside actualmente. Decenas de amigos y conocidos flanquean a Paquito en los videoclips de M.D.MAY coreando un rap callejero que lanza mensajes a los más jóvenes. “Ahora socio todos quieren ir de gángster, vamos no me jodas deja de ver Peaky Blinders. Estando en la calle solo sufrirán tus padres, te lo dice uno que vio sufrir a su madre”, suelta en la misma canción.

EL RAVAL, HOY

¿Cómo está hoy el Raval? “Delincuencia y tráfico de drogas ha habido siempre, pero no como lo pinta la prensa. Existe mucho morbo en los medios. Hay mucha gente nueva y otra mucha, que vivía aquí, se ha marchado. Antes por lo menos había respeto, educación, todo el mundo se conocía y nadie le robaba a una abuela o a un niño. Directamente no robabas en el barrio. Si lo hacías te pegaban. No comes donde cagas, es así de claro. Desde 2010 para aquí ha habido una gran decadencia”, observa el rapero barcelonés.



El rapero visualiza uno de sus vídeos en el estudio de grabación de la Zona Franca / PABLO MIRANZO

 

Vive en un piso con su mujer y sus dos hijos. Ella ha sido su salvavidas, la figura clave para salir de las malas dinámicas. "Me fui centrando un poco más. Vino el embarazo y mi vida empezó a cambiar. Me di cuenta de que podía hacer otras cosas. Con ella podía formar una familia estructurada, la que no tuve en mi casa", cuenta. 

ROBOS

Paquito habla de su pasado delictivo por robos con fuerza durante asaltos nocturnos en multinacionales. "Nunca he robado a una persona mayor ni a un chaval. No me gusta la violencia gratuita, no la entiendo. Nos metíamos en grandes empresas, sabes que el seguro les cubre, aunque no estaba bien. Me di cuenta tarde", señala. Concentrarse en su música fue otro pilar para apartarse definitivamente de las tentaciones del camino fácil. 

El rap fue, como relata, la "guindilla del pastel". "Estoy cambiando ya mi vida, estoy ganando la partida. Ya pasamos todo lo malo ahora estamos en el ajo. Cien por hora cuesta abajo, todo recto sin atajo", canta en 1,2,3. El espejo de Hidalgo son sus colegas. Admira a los amigos que han superado adicciones y otras malas rachas. En sus historias de éxito, de las que presume, encuentra motivación para salir adelante.

'NADIE SE CONOCE'

En su círculo de amigos, admiten que la inseguridad es un problema grave en el Raval. El cantante apunta a la especulación inmobiliaria para explicar el abandono progresivo de vecinos del barrio en los últimos años.  "Se ha generado que no se conozca nadie, que no haya respeto. El barrio se denigra y se quema", denuncia este vecino, al que le gustaría vivir una temporada fuera. "Me encantaría ver mundo y morir en el Raval", lanza. 



'Paquito' charla con Nelson, un amigo de la infancia / PABLO MIRANZO

 

En sus letras apenas habla de política. Prefiere hablar sobre la vida cotidiana, sus amigos, el barrio. Ya hay otros que lo hacen mucho mejor, argumenta. Con su música quiere dejar una herencia a sus hijos, "que vean que intenté currármelo y salir de aquello para dejarles un buen camino, que no se avergüencen de ser mis hijos".

A unos días de las elecciones a la Generalitat del 14 de febrero no tiene nada claro si se acercará a un colegio electoral. Piensa igual gran parte de sus amigos. "Todos están cortados con el mismo patrón. Mi padre siempre me decía: 'Si quieres ser ladrón, al menos hazte político'. Lo entendí de grande. Un político te roba con una sonrisa, un traje y una corbata. Ese si que es un artista de verdad, metido en la música urbana de lleno", bromea.

PABLO HÁSEL

Francisco José arremete contra la condena de prisión al rapero catalán Pablo Hásel por injurias a la corona, enaltecimiento del terrorismo e injurias a las instituciones del Estado. Considera que la decisión de la justicia producirá un efecto contrario, amplificando su mensaje. La autocensura del barcelonés, dice, se limita a los insultos. "Si tengo que decir algo no me corto un pelo. A mi no me van a acojonar con la cárcel, ya sé lo que es", cuenta entre risas.

 

El patio interior del edificio donde vive 'Paquito', en la calle dels Salvador / PABLO MIRANZO



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