Jordi Giró es una de los ocho personas aspirantes a síndic/a de greuges de Barcelona. Vinculado a los movimientos vecinales desde hace más de 30 años, Giró es en la actualidad presidente de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (CONFAVC) y presidente de la asociación de vecinos de la Vila Olímpica, el barrio en el que vive desde 1993. "Era un barrio nuevo, sin estructuras. Todo estaba por hacer", recuerda en conversación con Metrópoli Abierta.

"A través de la gestión comunitaria de las 12 manzanas que conforman la Vila Olímpica -1.814 pisos- entré en contacto con la vida vecinal". Unos años antes había tenido una experiencia previa en Ciutat Diagonal, "el primer barrio que uno se encontraba al entrar por la Diagonal", junto al colegió alemán. "En 1988, por motivos profesionales, vivía allí. Los valores patrimoniales de unas viviendas se dispararon y mucha de la gente que residía en la zona eran jubilados que no podían hacer frente a la contribución. Les ayudamos a llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento", relata Giró.

VISIÓN GLOBAL, VISIÓN DESDE EL TERRITORIO

Por su labor al frente de distintas entidades vecinales, Giró, cuyo perfil de Twitter se puede consultar aquí, se define como "un aprendiz de ciudadano. Nunca sabes bastante. Tocas muchos temas (movilidad, vivienda, urbanismo...) y siempre estás aprendiendo. La CONFAVC me da una visión más global y una asociación vecinal de barrio, como la de la Vila Olímpica, te aporta una visión desde el territorio. No te tienen que explicar lo que pasa, lo vives. Nada es ajeno", subraya.

Explica que su intención, si logra ser síndic, es acercar más la oficina a los ciudadanos y hacer "activismo vecinal desde las instituciones". Defiende que detrás de cualquier queja o reivindicación tiene que haber una propuesta. En el ámbito vecinal, siempre ha actuado así: "Siempre que hemos pedido algo, hemos hecho una propuesta".

La función del síndic o síndica de Barcelona es la defensa de las libertades públicas y los derechos fundamentales de la ciudadanía de la capital catalana, y la institución que encabeza esta figura es la encargada de supervisar las actuaciones del Ayuntamiento. Aunque el órgano depende económicamente del consistorio, el defensor/a no recibe órdenes de ningún gobierno ni del alcalde o alcaldesa.

MEDALLA DE HONOR DE BARCELONA

Profesionalmente, el líder vecinal es director de administración de la empresa de distribución alimentaria Dispocat, instalada en Sant Just Desvern. También ha sido vicepresidente primero de la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona (FAVB), es miembro de la Comisión de Ampara del Consell de Ciutat, el principal órgano de participación de la capital catalana, y ha sido hasta hace pocas semanas representante del consejo asesor de Aigües de Barcelona. En 2011, recibió la Medalla de Honor de Barcelona por su trayectoria en el ámbito vecinal.

Jordi Giró, aspirante a síndic de Barcelona / CONFAVC



Nacido en Barcelona en 1960, la vida de Giró siempre ha estado vinculada a la capital catalana. De pequeño, vivía junto a sus padres en la calle de Entença, "frente a la cárcel Modelo". También ha sido vecino de La Bordeta, en el distrito de Sants-Montjuïc, y desde cerca de 30 años está instalado en la Vila Olímpica. "Recuerdo los primeros años, tras los Juegos Olímpicos, el barrio tomado por vecinos de toda Barcelona. Durante 1993, 1994 y 1995, los fines de semana, las aceras se llenaban de coches. Era como en las inmediaciones del Camp Nou cuando jugaba el Barça".

EL PRIMER CRIMEN DE LA VÍLA OLÍMPICA

El primer problema importante que la asociación vecinal de la Vila Oímpica tuvo que lidiar fue con los vicios ocultos de las nuevas viviendas. "Aparecieron defectos en las fachadas y de impermeabilización", evoca. Dice que "el comercio era la gran asignatura pendiente en el barrio". El Centre de la Vila, el centro comercial de la avenida Icària, no abrió hasta 1995. Y recuerda que los conflictos, peleas y delitos que, bajo su punto de vista, han ido ligados al ocio nocturno del Port Olímpic, se cobró su primera víctima mortal el 1 de abril del 2000. "Era Carlos Javier Robledo. Murió de una paliza junto al aparcamiento, donde ahora está el centro meteorológico".

La transformación del Port Olímpic como espacio ciudadano ha sido una de las reivindicaciones más importantes de los vecinos de la Vila Olímpica. Con las discotecas ya cerradas, el Ayuntamiento quiere reformarlo -con zonas de paseo y descanso, equipamientos vinculados a los deportes marítimos y con un litoral integrado en la trama urbana-. "La remodelación parte de la lucha vecinal. Si no se hubiera reclamado, las administraciones no hubieran dado el paso", afirma Giró, que cita en otros logros de la asociación la consulta para las obras de la avenida Icària, a finales del mandato de Xavier Trias en 2014, y la apertura del casal de barrio en Can Gili Nou.

La avenida Icària, en obras, en 2018 / MA - HUGO FERNÁNDEZ



Giró es partidario de que los cambios de los barrios se tienen que proyectar en el tiempo, "a años vista", y tienen que ser una oportunidad para la gente. "No se puede pensar exclusivamente en el presente", sostiene. Como ejemplo, cita que la reforma del Port Olímpic convertirá esta zona de la ciudad en un epicentro ciudadano en unos pocos años. "Llevamos tiempo reivindicando una mejora de los accesos al metro. No se puede esperar a que haya acabado la transformación para acometerla". La demanda tiene años. Así lo recogió este medio en julio de 2018.

VOTACIONES NO VINCULANTES: DECIDE EL PLENO

La elección del síndic/a de Barcelona entrará el 19 de abril en una nueva fase. Durante un mes, los ciudadanos podrán votar a uno de los ocho aspirantes a través de la plataforma municipal Decidim Barcelona, aunque se trata de un proceso que no es vinculante y la elección de la persona que ocupará el cargo dependerá del pleno del Ayuntamiento. Tras las votaciones, la alcaldesa Ada Colau propondrá uno de los nombres y lo elevará al Consejo Plenario. La elección del síndic o síndica de Barcelona necesita del apoyo de dos terceras partes del pleno, compuesto por 41 concejales. Así, la persona elegida necesitará el voto de al menos 27/28 ediles. Se espera que el nombramiento sea a finales de julio.

El cargo de síndic o síndica de Barcelona es por cinco años con la posibilidad de renovar por otros cinco. El sueldo de la persona que está al frente de la Sindicatura de Greuges de Barcelona es actualmente de 81.972 euros brutos anuales. La actual síndica, Maria Assumpció Vilà, lleva en el cargo desde 2010. Con anterioridad, la defensora de la ciudadanía de Barcelona también fue una mujer, Pilar Malla, entre los años 2005 y 2010.

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