Sandor Martín es la gran sensación del boxeo español. El tres veces campeón de Europa de los superligeros es de Barcelona. De Nou Barris. El pasado viernes, Arrasandor retuvo la corona continental tras vencer a los puntos al británico Kay Prosper y ya sueña con el título mundial. “2022 tiene que ser mi gran año. Quiero ser campeón del mundo de boxeo”, recalca el púgil del KO Verdún, estrella invitada del programa La Resistencia, de David Broncano, de este martes 27 de abril.
Sandor es boxeador de cuna. Cuando era un crío, pasaba horas y horas en el KO Verdún, el gimnasio que regenta su padre. Rafa Martín, ex campeón ibérico en los años 80, también es su entrenador y su madre, Inma Clemente, tiene una tienda dedicada a los deportes de contacto. Él, con 10 años, ya se ilusionaba con boxear al más alto nivel mientras disfrutaba con los entrenamientos y los combates de Daniel Gónez, alias Jordan, y Loli Muñoz.
CAMPEÓN MÁS JOVEN DE ESPAÑA
Rafa, considerado por muchos el mejor entrenador de España, ha moldeado la carrera de Sandor. En 2013 se convirtió en el campeón de España más joven de la historia de los superligeros tras ganar al cántabro Daniel Resilla. Seis años después, en julio de 2019, se proclamó campeón de Europa tras derrotar entre el noveno y el décimo asalto al italiano Andrea Scarpa. Meses después venció al británico Joe Hughes y, recientemente, a Prosper, en dos combates de alta tensión.
“El combate más duro físicamente fue el de Hughes y, tácticamente, el de Prosper”, explica Sandor, actual número 7 del mundo, en conversación con Metrópoli. “No es fácil ser campeón de Europa y retener el título. Es la recompensa al trabajo bien hecho durante muchos años”, insiste el boxeador del KO Verdún, que ahora se tomará unos días de descanso para desconectar física y mentalmente.
“Creo que, en breve, puedo entrar en el Top-5 de los rankings mundiales y que en 2022 tendré mi gran oportunidad”, recalca Sandor, un boxeador muy técnico, estilista y muy fuerte físicamente. “Podría ser más incisivo y determinante a la hora de terminar los combates, pero también me expondría más y no creo que lo necesite. Como mucho tenemos que ajustar algunas cosas”, añade el púgil barcelonés, muy perfeccionista y muy valorado por su lectura de los combates. De Sandor se destaca que “controla muy bien las peleas” y que su estilo es “muy atractivo” para los aficionados.
EL BOXEO EN ESPAÑA
El boxeo, en España, atraviesa un momento delicado por culpa del coronavirus. El viernes derrotó a Prosper en un pabellón (Vall d’Hebron) vacío. “Fue una sensación extraña. Por un lado te da tranquilidad porque no tienes a los aficionados encima, pero es triste. A los boxeadores nos gusta la presión, la pasión, la adrenalina y la tensión del público”, explica Sandor, preocupado por el futuro de muchos boxeadores. Está convencido de que los mejores sobrevivirán y también los más jóvenes. El resto, en cambio, tendrá menos oportunidades.
En España, la industria del boxeo está muy tocada. La crisis del coronavirus ha constatado la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos. La gran referencia siempre ha sido Estados Unidos, que tiene “una industria muy poderosa”. “Nos superan en marketing, en infraestructuras y en apoyar a los deportistas, pero los españoles podemos ser tan competitivos como ellos”, remarca Sandor, ilusionado con ser el mejor boxeador del mundo.
EL KO VERDUN
Él, día tras día, se entrena en el KO Verdún, donde también da clases a más de 30 niños con otros dos entrenadores. Sandor podría explicar muchas historias y batallitas vividas en el histórico gimnasio de la calle Jaume Martí. Hace dos años, el KO Verdún se trasladó a la Via Júlia, en las instalaciones del campo de fútbol de la Montañesa.
“Nosotros somos unos privilegiados porque podemos trabajar en el gimnasio y en el campo de fútbol, al aire libre. Ahora tenemos unas instalaciones más grandes y modernas, pero mantenemos el ambiente familiar y las esencias del antiguo KO Verdún”, recalca el tricampeón de Europa de los superligeros.
“En el KO Verdún enseñamos a boxear, a competir, pero también inculcamos valores muy importantes como el respeto, la disciplina, la ilusión y la motivación”, explica Sandor. “Formamos deportistas y, sobre todo, personas. Les enseñamos a llegar y salir a la hora, a recoger sus cosas, a trabajar en grupo….”, insiste el púgil barcelonés, orgulloso de que el boxeo haya sacado a muchas personas de la marginalidad y situaciones muy complicadas. “El deporte es vida”, sentencia, tras lamentar el impacto negativo que tendrá el coronavirus en la salud de muchas personas que han abandonado el trabajo físico en los últimos meses. Él, en cambio, trabaja duro día tras día. Es de Nou Barris, donde nadie regala nada, y quiere ser campeón del mundo.