Kike Maíllo: "Existe una fuga de talentos de Barcelona a Madrid porque ahí hay más trabajo"
El cineasta barcelonés confía en el potencial de su ciudad natal pero mantiene que "no puede perder el tren" con el aterrizaje de las plataformas en el país
15 julio, 2021 00:00Noticias relacionadas
A Kike Maíllo le gusta definirse como "barcelonés". Ha nacido, se ha criado y ha vivido siempre en la capital catalana y se enorgullece de la visión "cosmopolita" que le ha aportado la ciudad para enfrentarse a su carrera como cineasta.
Maíllo no es solo un reconocido director de cine. También es guionista y productor. De hecho, ha "producido más que dirigido", afirma. Eso sí, si algo tiene claro es que, a pesar de estar abierto a nuevos horizontes constantemente, su "lugar" siempre estará en el mundo audiovisual.
A sus 46 años recién cumplidos, Maíllo está codirigiendo el cortometraje ganador del certamen Audi Future Stories, que se estrenará en el festival de cine de San Sebastián. Un paso más en la carrera del cineasta que demuestra otro de sus principios como creador: "la necesidad de confiar y explotar los nuevos talentos". Lo explica en la siguiente entrevista con Metrópoli.
PREGUNTA: ¿Por qué decidió apostar por Audi Future Stories?
RESPUESTA: Hace tiempo que formo parte de una aventura de Audi que se llama Innovative Thinking, en la que diferentes personalidades nos reunimos en algunas ocasiones durante el año y discutimos sobre diferentes temáticas. Allí me propusieron la posibilidad de apoyar y sacar adelante un cortometraje y me pareció una gran oportunidad para descubrir nuevos talentos.
¿Por qué confía en los cortometrajes?
En este caso, confié en los cortometrajes sobre todo por la oportunidad que se le estaba dando a los estudiantes o exalumnos de escuelas de cine. Este formato es una gran oportunidad para dar el salto y contribuir a que se sigan formando, rodando, escribiendo... que no se rindan hasta encontrar su propia voz.
¿Cree que es la vía adecuada para dar el salto en la carrera cinematográfica?
Sí, porque es mucho más directo y más práctico que un largometraje. Un corto te permite trabajar más a nivel de laboratorio, puedes probar diferentes cosas y no te estancas dos o tres años en un proyecto que quizás no sale. Además, en el contexto en el que vivimos, los cortometrajes son mucho más fáciles de difundir a través de las redes sociales.
¿Confías en el poder de las redes sociales en el mundo del cine?
Las redes sociales son, claramente, una ventaja para el cine. Son una herramienta que va siempre con nosotros y, aunque tengan sus peligros –en ocasiones estamos sobreexpuestos–, para las creaciones audiovisuales son un escaparate y para los cortos, aún más.
¿Cree que este formato se popularizará aún más en los próximos años?
Sí, creo que tienen mucho futuro a nivel artístico y también industrial. Cada vez son más las marcas que se lanzan a contar historias con este formato y en parte es gracias a la facilidad que dan las redes para difundir los cortos muy rápidamente.
¿Qué le recomendará al ganador del certamen, Pablo Fuentes, para triunfar con su producción?
He sido 17 años profesor de la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC) y allí he aprendido que tengo que enseñar a transmitir mensajes mediante las emociones. A Pablo le ayudaré a que pueda desarrollar todo su arte y toda su maestría en la labor de este proyecto, que consiga que el cortometraje sea lo más suyo posible y que encuentre qué de él hay en la historia que quiere contar.
Entonces, ¿cuál diría que es la clave para adentrarse en el mundo del cine?
Ser un buen narrador o narradora de historias, no hay más.
¿En su caso fue Eva el empujón hacía el éxito cinematográfico?
Sin duda. Si no fuese por Eva, ahora no estaríamos teniendo esta conversación. Fue mi primer largometraje, y me permitió tener una gran visibilidad gracias a los premios. Hace ya nueve años que esta creación me permitió ganar el Goya al mejor director novel, por eso sé que hay que confiar en los nuevos talentos.
¿Cree que Barcelona le ha ayudado a triunfar?
Sí. Al final los lugares que habitas y las personas que conocen forman tu identidad. Barcelona me ha ayudado a definir quién soy, y en cada creación transmito algo de mí. Yo diría que mi ciudad me ha hecho tener siempre una visión más universal que local.
A pesar de tener esta visión universal, ¿confía en el potencial de Barcelona para producir?
¡Claro! Es un lugar mágico donde rodar, tiene una riqueza arquitectónica y paisajística muy importante. Las horas del sol, el clima... es una ciudad con mucho pulmón. De hecho, es Barcelona la que transmite esta visión universal: muchas producciones internacionales, sobre todo publicitarias, recalan en nuestra ciudad.
¿Y qué cree que necesita la ciudad para adaptarse a la transformación del panorama audiovisual?
Barcelona no puede perder el tren ante el aterrizaje masivo que están haciendo las plataformas en el país. La clave sería que pudiese apropiarse de varios de estos proyectos.
¿Cree que sigue existiendo una fuga de talentos hacia Madrid?
Sí, la verdad es que sí. Existe una fuga de talentos de Barcelona a Madrid porque ahí hay más trabajo. La realidad es que gigantes como Netflix o Movistar están en la capital, y eso provoca que muchos jóvenes vean más oportunidades allí.
¿Entonces es complicado debutar en Barcelona?
No, no es complicado porque sea Barcelona. Es complicado porque hay muchísima gente preparada y con muchas ganas, pero la realidad es que la mayoría de películas que se estrenan a lo largo del año –en toda España– son de debutantes.
¿Y cuál es, para usted, la mayor dificultad a la que se enfrentan los cineastas en este país?
Este país apoya muchísimo a que nuevos talentos puedan rodar su primera película, antes de la pandemia se estrenaban unas 110 o 120 películas al año –unas tres veces más de lo que se estrena en Inglaterra–. Lo realmente complicado es hacer una segunda producción y una tercera ya es casi imposible.
¿Cuáles cree que son los efectos de la pandemia en el sector?
Ha acelerado un proceso inevitable.
¿A qué se refiere?
Poco a poco la gente va abandonando las salas de cine. Con la pandemia, se ha hecho evidente la eclosión importantísima que están haciendo las plataformas. En mi opinión es un acontecimiento irreversible.
¿Se siente cómodo con esta transformación?
La verdad es que a mí me gusta ver las películas en sala, las disfruto o padezco más. Es mucho más fácil estar concentrado, es más sencillo que una producción te entusiasme o, por el contrario, la odies. Pero las proyecciones continuarán aunque de una forma distinta.
¿Y cómo cree que continuarán?
Se van a abismar y se quedarán en un asunto muy específico de grandes eventos y de películas selectas.
¿Cree que con las series también ha habido una transformación?
Evidentemente. Lo explicaría tan solo por el hecho de que a las series ya no se les puede llamar televisión.
¿En qué está trabajando actualmente?
En tres películas y en un par de series. Mi objetivo es que alguno de todos estos proyectos salga.
¿Y todo lo que está haciendo está pensado para que se lance en plataformas?
No todo, también seguimos trabajando en películas para sala que, como he dicho, me apasionan.