La diputada de la CUP, Maria Dolors Sabater, impulsará “la auditoría más grande de los Mossos”. Ella, sus cupijos y sus marranos de Arran analizarán “el seguimiento de activistas políticos, las bases de información y los sistemas de vigilancia”. Y los antisistema se infiltran en el sistema “para remodelar el modelo policial, y depurar responsabilidades de los agentes por las cargas a los CDR”, que son violentos, incendiarios y saqueadores.
Nacida en Badalona, fue pacifista, estudió Ciencias de la Educación y trabajó en educación especial. También conducía el camión de su papá y tiene un patrimonio compartido de siete inmuebles. Siendo alcaldesa, demostró su más que fobia a los uniformes y disolvió la patrulla Omega de antidisturbios. García Albiol la recuperó para frenar el caos de seguridad y desorden público que ella dejó.
Exigen un modelo policial que llaman “democrático” pero huele demasiado a la Stasi de la RDA, a la KGB rusa, a la PIDE portuguesa y a la Brigada Político Social del Caudillo que tanto citan. Piden transparencia pero no denunciaron al jefezuelo que acosaba a la feroz diputada Mireia Boia. Lo ocultaron y enviaron a un gulag de montaña a dos mil metros de altura para enfriar sus bajos instintos.
La producción literaria de Sabater se reduce a un libro sobre una asociación de vecinos y un cuento infantil que se auto-editó. Se titula El Fanalet de’n Tasi. (El farolillo de Tasi). Ahora ella será el farolillo que iluminará a los Mossos d’Esquadra a la hora de no repartir leña y dejarse avasallar.