Eloi Badia

Antes de huir por la puerta de atrás, el casi exconcejal Eloi Badia ha sido batido, vapuleado y puesto en su sitio por los tribunales a causa de su nuevo intento de atacar a la libertad de expresión en general y a Metropóli Abierta, en particular. Acostumbrado a actuar como un sátrapa (sinónimo de astuto, ladino, pícaro, zorro y marrullero), según el diccionario, Badia sigue malgastando dinero público en denunciar a este medio, ya que deberá pagar las costas del pleito y no pondrá el dinero de su bolsillo, sino que lo abonarán los contribuyentes.

Ha sido la jueza del Juzgado de Primera Instancia nº49 de Barcelona, ciudad feminista, quien ha desestimado la demanda presentada por el Institut de Parcs i Jardins, que preside Badia, más conocido como la voz de su ama Ada. El objetivo de concejal más indeseado era otra de las muchas intentonas de la comunada para para evitar toda información crítica con su gestión municipal. Pero su táctica autoritaria de señalar y amedrentar a los periodistas y a los medios no subvencionados ha fracasado y fracasará una y otra vez.

El problema es que, como señala Xavier Salvador, el partido de los sectarios comuneros “no financia una sola acción legal, sino que todo se hace contra el presupuesto del conjunto de los barceloneses”. Y a medida que acumula fracasos, denuncias y querellas por sus presuntos delitos, a Badia se le pone cara de banquillo.