Jordi Martí

Demagogo más que pedagogo a pesar de su licenciatura en Ciencias de la Educación, el concejal Jordi Martí Grau se ha opuesto al aumento de sueldos en el Ayuntamiento de Barcelona. Argumenta que “los salarios actuales son bastante dignos" y “no considera justificable” un incremento en estos momentos. Profesional del arte de trepar y del oficio de chupar del bote público, Martí finge que se olvida de cuánto cobraba mientras vivió a cuerpo de rey cuando mandaba mucho en el PSC y en el Institut de Cultura de Barcelona (ICUB). Pero se presentó a primarias quedó en un humillante tercer lugar y se alió con ERC. Hasta que Ada Colau, que siempre ha pagado a traidores de los demás, lo elevó de nuevo al más alto cargo de su guardia de corps, entre otros cometidos. Especialmente, el de repartir dinero público entre los chiringuitos, empresas y negocios afines a la 'comunada'.

Individuo de aire engreído, altanero y perdonavidas ideológico, ahora que pronto pintará lo menos posible bajo el mandato de sus antiguos camaradas, va de humilde voluntario. Y como el perro del hortelano, ni come ni deja comer a los demás concejales. No es raro que considere que los salarios actuales son “bastante dignos”, porque desde que tomó posesión el actual consistorio el 19 de junio hasta ahora en la agenda oficial de su partido en el Ayuntamiento no consta actividad alguna y no ha dado palo al agua. No es extraño, pues, que se sienta bien pagado por no hacer, simplemente, nada de nada.