Antonio Franco o la apuesta por el periodismo "no neutral"

Un director de periódicos, un periodista “total”, un defensor de la “no neutralidad”. Esas características se atribuyen a Antonio Franco, que fue director de El Periódico de Catalunya y de la edición catalana de El País. Pero Franco apostó por una idea propia, la que alentó en sus proyectos periodísticos: “Se preocupó por explicar las cosas no oficiales, las de cada día”, en palabras del periodista Xavier Vidal-Folch. Franco falleció en septiembre de 2021, y dos años después la profesión periodística, a través del Colegio de Periodistas de Catalunya, ha querido homenajearle con la publicación de un libro colectivo: Antonio Franco, un gegant del periodisme, presentado este martes en el Centro de Cultura Francesca Bonnemaison.

Con el auditorio lleno por completo, con compañeros de Franco, los periodistas Xavi Casinos, Rosa Mora, Albert Sáez –director de El Periódico de Catalunya—Rosa Massagué y Xavier Vidal-Folch glosaron la figura de Franco con la idea de dibujar el perfil del director de periódicos ideal. ¿Lo fue Franco en sus varias etapas, al frente de El Periódico, y como miembro fundador de la edición catalana de El País? “Fue un líder, y también un director contundente, y tal vez deba ser así, porque Franco era mucho de ‘ordeno y mando’”, señaló Rosa Mora, que conoció a Franco en su etapa de estudiante en la Escuela de Periodismo de la Iglesia. “Un director debe ser muchas cosas a lo largo del día”, señaló Sáez, con la idea de que “se debe actuar como un ‘paraguas’ para los periodistas de una redacción, cuando el director recibe las quejas por la mañana de los que se sienten afectados por las informaciones publicadas”. Pero también, al margen de ser ese ‘paraguas’, debe “apoyar a los periodistas” para que sigan “molestando”, como apuntó el periodista de El Periódico, Emilio Pérez de Rozas.

Andreu Franco, hijo de Antonio Franco, en el atril, durante el acto de homenaje / MA

El Periódico se caracterizó, bajo la dirección de Antonio Franco, por estar pegado a la realidad urbana, y con una cobertura total sobre el área metropolitana de Barcelona. Franco reclamaba rigor a sus periodistas para que los lectores no se vieran ‘engañados’ por las distintas informaciones, aunque fueran nimias o menos importantes. Y, como señaló Pérez de Rozas, era tan vital no equivocarse en la tabla de clasificación del Martinenc, como en cualquier referencia sobre la actividad política.

Ello llevó a un pequeño debate entre Albert Sáez y Xavier Vidal-Folch, porque Sáez entiende que la característica de Franco era la de “hacer entender lo oficial”, más que explicar la vida “no oficial”, como insistía Vidal-Folch. El caso es que el periodismo, que vive una crisis importante de credibilidad, con la aparición de las fake news que se difunden a través de las redes sociales, debería recuperar, como apuntaron los participantes en la mesa redonda, la obsesión de Antonio Franco: “rigor, sí, pero no neutralidad”. Es decir, los medios hoy deberían mostrar una mirada particular, clara, sin contradicciones, y sin que ello vaya en detrimento del rigor. ¿Imposible?

ILLA, ATENTO EN EL ACTO

Franco implementó un periodismo distinto, “informativo-interpretativo, pero popular, accesible”, en palabras de Sáez. El mensaje de Franco que el actual director de El Periódico destaca se resume, a su juicio, en el titular del primer número del diario: “Los escolares catalanes dependerán de Tarradellas”, con lo que constataba que se había recuperado el poder político de la Generalitat con la llegada de la democracia y el final de la dictadura. Claro y contundente.

El ‘gigante’, también por su dimensión física, al que la redacción llamaba Plátano Baloo, por su humanidad, ¿molestó lo suficiente a los que ostentaban el poder? Lo hizo, en todo caso, como insistió Emilio Pérez de Rozas. Y cuando se despidió al director de periódicos en su fallecimiento, “no hubo la presencia de esas autoridades”, añadió Vidal-Folch, mientras el primer secretario del PSC, Salvador Illa, presente en el auditorio, lo escuchaba con atención.

De Franco se destacó su editorial sobre la corrupción en CiU, con el famoso 3%. Ese mismo día Pasqual Maragall lo replicó en el Parlament, provocando el enojo de Artur Mas, lo que pudo echar al traste la elaboración del Estatut, que aquel instante se tramitaba. Maragall decidió dar marcha atrás. Pero la acusación ya estaba en boca de todos y había sido el periodista Franco quien inició el camino.

Directores de periódicos en la pantalla en el acto de homenaje a Antonio Franco / MA

Su mano derecha en la mayoría de proyectos periodísticos de Franco fue José Antonio Sorolla, que escribió una valoración del periodista leída durante el acto. Para Sorolla, Franco fue “el periodista total”, porque podía escribir ese editorial, una crónica deportiva, un pie de foto, y aguantar el chaparrón de algún político en calidad de director.

Pero, ¿cómo se puede interiorizar para una empresa periodística lo que hizo Franco cuando fue llamado para organizar la edición catalana de El País en Barcelona? Lo explicó Xavier Vidal-Folch, que se fue con él del Periódico a El País en 1982. “Nos fuimos unos cuantos, hasta 17 periodistas”. ¿Lo pactó Franco con Antonio Asensio, el patrón de El Periódico? Lo cierto es que Xavi Casinos, uno de los veteranos de El Periódico, aseguró que no tuvo tiempo de conocer a Franco ni a Vidal-Folch, porque cuando entró en la redacción, al poco tiempo los dos se fueron a El País. “Bueno, no había casi nadie”, aseguró, ante las risas de Vidal-Folch.

EL 'ERROR' DE FRANCO

Luego Franco regresaría a El Periódico, y lograría ventas nunca vistas a lo largo de los años noventa, compitiendo codo con codo con La Vanguardia. Su hijo, Andreu Franco, que cerró el acto, señaló que su padre llegó a renunciar a la dirección de La Vanguardia tras recibir una oferta. No tuvo garantías, se señaló en la mesa de periodistas, para aplicar en La Vanguardia el periodismo en el que creía y que sí implementó en El Periódico.

¿Autocrítica de ‘Plátano Baloo’? Lo apuntó Rossa Massagué. “Él me reconoció que su generación, la nuestra, no supo gestionar bien el papel de la mujer”. Había mujeres en las redacciones que dirigió Franco, pero no en sus equipos de dirección. ¿La paradoja? El libro se presentó en el Centro de Cultura Francesca Bonnemaison, una pedagoga entregada a la formación educativa de las mujeres.

Abrazos, reencuentros, emociones, generaciones de periodistas buscaron cómo recuperar el espíritu de Antonio Franco. El libro ayudará a ello, con artículos seleccionados del propio periodista, y con la inclusión de la larga entrevista que le hizo Josep Maria Muñoz en L’Avenç, en septiembre de 2021.