Lluis Sans es presidente de la Asociación de Comerciantes de Paseo de Gràcia. En su tienda Santa Eulàlia, en la misma milla de oro barcelonesa, Sans hace balance del último año y prevé una buena temporada de verano. Para Sans, el nuevo gobierno de Jaume Collboni va en la dirección correcta. La apuesta por grandes eventos deportivos como la Copa América o la Fórmula 1 han vuelto a posicionar a Barcelona como una de las grandes ciudades internacionales después de ocho años de "parálisis". También reconoce que el Pla Endreça ha ayudado a mejorar algunos aspectos como la limpieza y el orden, pero señala que hace falta mayor "coraje" para un cambio más radical.

PREGUNTA: Este mayo se cumple un año de las elecciones municipales que propiciaron un cambio de gobierno en Barcelona. ¿La ciudad ha tomado otro rumbo desde entonces?

RESPUESTA: El cambio de gobierno fue una muy buena noticia. Desde entonces han cambiado bastantes cosas en la ciudad. Primero, no hay tanto enfrentamiento entre barceloneses y Jaume Collboni busca políticas de mayor consenso. También se ha recuperado el espacio público, sobre todo con el Pla Endreça, un plan muy acertado que ha conseguido controlar la venta ambulante, la seguridad, la limpieza y el orden. El tercer punto es la promoción económica. Barcelona vuelve a estar en el mapa gracias a la llegada de exitosos eventos internacionales como la Copa América, el desfile de Louis Vuitton o el congreso ISE. Sin embargo, todavía faltan por hacer algunos cambios de calado.

¿Cuáles?

Modificar la normativa del Plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (PEUAT) o acabar con la reserva del 30% a vivienda social, que ha sido ineficaz. Collboni debería afrontarlo sin más dilación y con coraje, aunque entiendo que para poder hacerlo se necesitan mayorías.

Precisamente, para lograr una mayoría se abren dos posibles escenarios en el Ayuntamiento. El primero sería una alianza entre los partidos de izquierda (ERC y comunes) y el segundo buscar una mayoría alternativa con Junts. Los cambios que señalas serían más propios de una alianza sociovergente.

Con comunes sumarían, pero no se produciría ningún cambio. Volver a una alianza que llevó Barcelona a una parálisis en los últimos ocho años sería un error. Sólo queda tejer pactos hacia el otro lado. Hay que explorar los otros partidos, como el PP, que ayudó a investir a Collboni.

La proyección de Barcelona al mundo atraerá a miles de visitantes. Hace unos días, Collboni aseguraba que la ciudad ha llegado al límite de su capacidad turística. ¿Se debería limitar el turismo?

La tensión se concentra durante la temporada de verano. El problema es que hay gente que pasa el día en la ciudad, pero pernocta fuera. Barcelona es una ciudad a la que se puede acceder fácilmente en tren. Entonces ¿cómo lo limitas? ¿Cobramos por entrar? Es imposible. Todas las grandes ciudades del mundo con atractivo turístico tienen este problema, pero se tiene que gestionar, no limitar. 

Lluis Sans durante la entrevista con Metrópoli SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Collboni hacía referencia sobre todo a los cruceristas, en especial al crucero de escala.

Se deben promocionar los cruceros base, es decir, aquellos que salen y llegan de Barcelona. El sector necesitaría una gran industria de apoyo, y un puerto base también beneficiaría a otras infraestructuras, como el Aeropuerto, e incluso a los hoteles.

¿El paseo de Gràcia se beneficia de los cruceristas?

El crucerista de base sí que nos beneficia porque antes o después pasan unos días en la ciudad y se alojan en nuestros hoteles.

¿Es un público que puede llegar a comprar en el paseo de Gràcia?

Sí, pero sólo los que empiezan y acaban en Barcelona. Los que sólo pasan unas horas no les da tiempo.

Además de la Copa América o el desfile de Louis Vuitton, este junio también se celebrará la exhibición de Fórmula 1.

La Fórmula 1 ha estado muy cuestionada. Sólo hay 24 pruebas de F1 en el calendario y que Barcelona, a través del Circuit de Montmeló, sea una de las escogidas es una oportunidad que no hay que dejar pasar. Ahora parece que se han puesto las pilas. Por primera vez se hará un evento de apoyo a la competición.

¿Puede ser que se hayan puesto las pilas ahora que Madrid ha anunciado que también tendrá un circuito?

Sí y no. Hace años que se quería hacer un evento de la Fórmula 1 en Barcelona, pero cuando gobernaba Colau era imposible. Fue un proyecto que se quedó en un cajón porque no había complicidad política. Hasta ahora.

También han surgido algunas voces críticas con este evento, centrándose en la contaminación.

El problema no son cuatro coches corriendo durante una hora. Va mucho más allá. Es cierto que las carreras están evolucionando hacia una mayor electrificación. Coger como chivo expiatorio los problemas medioambientales me parece que está fuera de lugar.

Otro evento criticado fue el desfile de Louis Vuitton en el Park Güell. Usted que forma parte de la cultura de la moda, ¿cuánta importancia tiene que grandes marcas de lujo apuesten por Barcelona?

Louis Vuitton escoge las ciudades más importantes del mundo para presentar sus colecciones. Que Barcelona haya sido escogida es maravilloso. No entiendo que haya gente que esté en contra, aunque tienen derecho a protestar. Lo que no me parece correcto es que se boicotee el acto, porque perjudica la imagen de la ciudad. Se permitió que un grupo pequeño de personas causara problemas a un evento que costó millones de euros. Es una irresponsabilidad por parte de la administración. Los organizadores estaban muy preocupados y enfadados, sobre todo por los invitados. No puede ser que los manifestantes tirasen piedras a los coches, que los zarandeasen o que tardasen una hora en llegar de paseo de Gràcia al Park Güell. Esto daña la imagen de Barcelona. 

De hecho, muchos de los invitados se hospedaban en hoteles de paseo de Gràcia. ¿Se sabe el impacto que ha tenido el desfile?

Pietro Beccari, el director general de Louis Vuitton, estimó que en el desfile anterior celebrado en Sevilla el impacto económico fue de 400 millones de euros y que en Barcelona sería superior. Pero todavía desconocemos la cifra exacta.

Manifestación contra el desfile de Louis Vuitton en Barcelona EUROPA PRESS - DAVID ZORRAKINO

Retomando la Copa América: todavía no ha empezado, pero ya están en marcha los preparativos. ¿Hay colaboración?

Sí, mantenemos el contacto. La Copa América atraerá a miles de visitantes, aunque lo más importante serán los millones de espectadores que seguirán la competición. Seremos la única ciudad del mundo en celebrar unos Juegos Olímpicos (1992), una Copa América y la inauguración de un Mundial de fútbol. Barcelona tiene que jugar esta carta. Hay ciudades que sueñan con esta oportunidad y no pueden. Tenemos que explotar su potencial.

Hay ciudades que quieren proyectar su marca y no pueden. ¿Qué tiene Barcelona que no tengan estas ciudades?

Primero su ubicación. Está en el norte del Mediterráneo, cerca del resto de Europa, con un clima envidiable, entre Oriente y Estados Unidos. Es una ciudad de un tamaño mediano, que permite hacer este tipo de eventos, pero tampoco es una gran capital. Se puede manejar. Su arquitectura, cultura, gastronomía e historia la hacen imbatible. No obstante, también tiene retos, como el de la seguridad. No es que la policía no haga su trabajo. Hay una mayor detención de delincuentes gracias al aumento de efectivos. El gran problema es el colapso de los juzgados.

¿Qué hecho delictivo es el que más predomina en paseo de Gràcia?

Hurto y robo con violencia. Los comerciantes tenemos un grupo de WhatsApp donde comentamos los incidentes y es sorprendente la cantidad de robos que hay.

¿Los relojeros siguen actuando?

Aquí y en toda Barcelona.

Entonces, ¿dirías que es seguro pasear por el paseo?

En comparación con otras ciudades, Barcelona no es una ciudad insegura. En paseo de Gràcia difícilmente te atacarán con un arma. Principalmente te dan un empujón o te estiran el bolso. En Barcelona existe la pequeña delincuencia y hay que poner más policía y ser más duro con la reincidencia.

¿Cómo están funcionando las cámaras de videovigilancia instaladas en noviembre en el paseo?

Funcionan bien y además sirven como prueba incriminatoria.

Con todas estas medidas, ¿ha mejorado la seguridad?

No. Es cierto que estamos mejor si lo comparamos con las cifras de 2019, cuando la delincuencia llegó a su máximo en la ciudad. Pero aunque no hemos alcanzado el récord, no estamos bien.

¿Y está más limpia?

Toda Barcelona está limpia. El espacio está más cuidado. Ha sido un cambio fundamental.

¿La pacificación de la calle Consell de Cent os ha beneficiado de alguna manera?

Ha quedado bonita, pero a fuerza de convertir la calle de València en un infierno. El anterior gobierno quería proyectar más ejes verdes, hecho que hubiera puesto en serios problemas la movilidad del Eixample. Nosotros no somos comercio de proximidad, sino de centralidad, y atraemos a gente de otras ciudades. Esto necesita buena movilidad. Si te la cargas, también te cargas la actividad económica.

Su negocio se caracteriza por ser un emblema de Barcelona. ¿Cómo se logra mantener un negocio de estas características durante tantos años en una ciudad en la que cada vez cierran más tiendas locales?

Las grandes empresas comerciales, pero también hoteleras y de restauración abren cadenas. Es un tema de difícil solución porque el mundo se está globalizando. Se uniformiza todo en demasía. Es difícil de parar porque juegas también con las preferencias de las personas.

Lluis Sans saliendo de su tienda Santa Eulàlia, en el paseo de Gràcia SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

De hecho, cada vez es más habitual ver cadenas de comida rápida o franquicias de cafeterías por el paseo de Gràcia. ¿Qué se puede hacer para que la calle mantenga su "estatus de lujo" y no se convierta en una Rambla 2.0?

Paseo de Gràcia no es sólo una calle comercial de lujo. Además de tiendas tienes restauración, hoteles, cultura y edificios patrimoniales. Su característica es el mestizaje. Hay tiendas de lujo, pero también tienes marcas como Zara. Tienes hoteles de cinco estrellas y residencias de estudiantes, restaurantes Michelin y bares de tapas. Esta mezcla la hacen muy única.

Respecto a los cambios en el paseo de Gràcia, uno de los últimos fue el cierre del cine Comedia y la próxima apertura de un Museo Thyssen. ¿Cómo lo valoráis desde la asociación?

El cierre de un cine siempre es una mala noticia, pero se revierte con la apertura de un museo de calidad como es el Thyssen. Nos faltan museos de referencia y de calidad, sobre todo de pintura. Ojalá se pueda materializar.

¿De qué manera crees que paseo de Gràcia puede mejorar como calle y qué creéis que desde la asociación podéis hacer para contribuir a ello?

Paseo de Gràcia puede mejorar en varios aspectos. Estamos trabajando en un proyecto que presentaremos en breve para mejorar cosas como la iluminación de los edificios, o los quioscos, que venden de todo para ser más rentables. Se necesita ambición para mejorar las cosas, dar más calidad y promoción a la ciudad y obviamente políticas sociales que son necesarias en cualquier sociedad.