El martes, 3 de septiembre, el barrio del Raval en Barcelona ha perdido a uno de sus personajes más emblemáticos, Mónica Coronado, más conocida como Mónica del Raval. A sus 67 años, Mónica falleció a causa de complicaciones de salud que venía arrastrando desde hace tiempo, dejando atrás una vida marcada por la autenticidad, la lucha y una historia profundamente entrelazada con las calles de su barrio.
Mónica del Raval se había convertido en una leyenda viva de la ciudad condal, especialmente en el Raval, un barrio multicultural y vibrante que fue su hogar durante décadas. Nacida en 1964 en Albacete, llegó a Barcelona en la década de los 70 en busca de nuevas oportunidades, y pronto comenzó a trabajar como prostituta, una actividad que desempeñó durante más de 30 años. A lo largo de su vida, Mónica nunca ocultó su profesión y, al contrario, hizo de ella una bandera, desafiando los estigmas y prejuicios asociados a su trabajo.
Su vida inspiró un documental
Su vida fue retratada en el documental "Mónica del Raval", dirigido por Francesc Betriu y estrenado en 2009. La película, que ofrece una mirada íntima y honesta sobre su día a día, la muestra como una mujer fuerte, sin complejos, y con una gran capacidad para reírse de sí misma y de las adversidades. El documental contribuyó a cimentar su estatus como icono de la cultura urbana barcelonesa, y presentó a Mónica como una figura casi mítica que, a pesar de su apariencia excéntrica y sus labios siempre pintados de rojo, era un ser humano profundamente sensible y consciente de su entorno.
Mónica del Raval era conocida por su carácter extrovertido y su capacidad para contar historias, siempre con un cigarrillo en la mano y un comentario mordaz en los labios. En muchas ocasiones, se la podía ver caminando por las calles del Raval, conversando con vecinos y turistas por igual, con su particular estilo colorido y su inconfundible acento manchego.
Su presencia era tan habitual que llegó a ser parte del paisaje del barrio, al punto de convertirse en un símbolo del Raval y, por extensión, de la Barcelona más auténtica y menos convencional.
Problemas de salud
Pero detrás de su imagen pública, Mónica también vivió momentos difíciles. En los últimos años, su salud se había deteriorado considerablemente, lo que la obligó a retirarse progresivamente de la vida pública. Sin embargo, nunca dejó de ser una figura querida por muchos, y su muerte ha dejado un vacío en el corazón del barrio. Vecinos y amigos recuerdan a Mónica como una mujer que, a pesar de las adversidades, siempre mantuvo un espíritu luchador y una energía contagiosa.