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Laia Bonet ha puesto fin a la larga espera para modificar la Ordenanza de circulación. La teniente de alcalde de Urbanismo y Movilidad ha recuperado el proyecto, que quedó guardado en un cajón tras aprobarse inicialmente en el tramo final del pasado mandato, y ha introducido mejoras reclamadas por los barceloneses.

El texto se centra en el endurecimiento de la regulación para los Vehículos de Movilidad Personal (VMP). La permisividad con la que cuentan a día de hoy los usuarios de patinetes ha generado un rechazo hacia esta opción de movilidad en la ciudad, que podría diluirse si se logra una mayoría política en el consistorio para cambiar la normativa.

Bonet lo tiene claro. En la capital catalana, se debe llevar casco, luces y, bajo ningún concepto, se puede invadir el espacio del peatón, las aceras. En un patinete no puede haber pasajeros, y la velocidad debe comprender límites razonables.

En caso de que la modificación salga adelante, los comportamientos incívicos recibirán un castigo ejemplar. En función de la gravedad de la infracción, las sanciones oscilarán entre los 100 y los 500 euros. Bonet podría convertirse, en un par de semanas, en la regidora que puso coto al patinete en Barcelona.