Muere Micaela 'La Chunga', la bailaora del barrio chino de Barcelona
La artista, que se dio a conocer por bailar descalza, ha fallecido tras una larga lucha contra un cáncer
La bailaora y pintora Micaela Flores Amaya, conocida artísticamente como La Chunga, ha fallecido a los 86 años de edad, según ha confirmado su hijo, Luis Gonzalvo, en una intervención en el programa 'Y Ahora Sonsoles'. La artista, que ha sido una de las figuras más emblemáticas del flamenco, llevaba varios días ingresada en el hospital. Pese a que nació en Francia, La Chunga fue la bailaora del barrio chino de Barcelona.
"Es triste y nunca es una noticia agradable, pero también ha habido un progreso largo de una enfermedad y entonces lo asumes un poco mejor", ha explicado su hijo. La artista llevaba años luchando contra una grave enfermedad: un cáncer de pulmón.
Bailar descalza
Micaela Flores Amaya nació en Marsella en 1938, pero su vida y su arte florecieron en Barcelona, donde comenzó a bailar descalza a los seis años en los bares del barrio del distrito V. Fue Paco Rebés, pintor y mecenas, quien la descubrió en una de sus improvisadas actuaciones callejeras y la impulsó en su carrera artística.
Pronto, La Chunga comenzó a destacar por su estilo único, en especial por su capacidad para transmitir pasión y energía en el escenario, bailando descalza con una intensidad que conquistó a todos.
En la década de los 50, su nombre comenzó a resonar en los principales tablaos flamencos de Barcelona y Madrid, y su presentación en El Corral de la Morería la catapultó al estrellato. En los años siguientes, La Chunga cruzó fronteras, actuando en lugares emblemáticos como Las Vegas, Nueva York y México, dejando huella con su inconfundible estilo flamenco y su vibrante presencia.
El cuadro con Dalí
La relación de La Chunga con el arte no se limitó solo al flamenco. Su frenético y apasionado movimiento de baile cautivó al pintor Salvador Dalí, quien la invitó a participar en una experiencia artística única: La Chunga bailó descalza sobre un lienzo con tubos de pintura, creando una obra de arte en la que sus pies eran el pincel.
Este momento dio lugar a una de las innovaciones artísticas más curiosas de la época: la pintura con los pies, una muestra más de que La Chunga rompió barreras entre las artes plásticas y la danza.
Además de su faceta como bailaora, La Chunga también continuó su carrera artística como pintora, manteniendo siempre viva su conexión con la pintura y el flamenco. A lo largo de su carrera, la bailaora expuso sus pinturas en varias ciudades, destacando en lugares como Madrid y París, donde sus obras fueron muy bien recibidas.
Un icono internacional del flamenco
A lo largo de los años, La Chunga se convirtió en una de las caras más conocidas de los tablaos flamencos. Su paso por la Costa Brava en los años 60 y sus numerosas actuaciones internacionales le aseguraron un lugar de honor en la historia del flamenco. Fue parte fundamental de la revolución de los tablaos en España y en el extranjero, siendo reconocida tanto por su talento como por su contribución para dar a conocer el flamenco.