El concejal de Vox en Barcelona, Gonzalo de Oro

El concejal de Vox en Barcelona, Gonzalo de Oro

¿Quién hace Barcelona?

Gonzalo de Oro: “El PP tiene la cara de predicar, con su campaña sobre la ocupación, lo que no vota”

El concejal de Vox recrimina a Sirera que se pasee en furgoneta por La Verneda, y emplaza al PSC y a Junts para que aprueben una reforma de la medida del 30% de vivienda social que él secundaría

El PP recorrerá los barrios de Barcelona con una furgoneta "antiokupas"

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La posición de Vox en el Ayuntamiento de Barcelona es paradójica. Cuenta poco en el día a día en el consistorio, con la determinación del alcalde Jaume Collboni de no buscar en ningún momento su apoyo. Pero Vox actúa en Barcelona. Se mueve y está presente en muchos barrios de la ciudad, apoyando causas vecinales. También lo hace el PP. Y en ese flanco se ha producido una clara competición electoral: “El PP tiene la cara de predicar, con su campaña sobre la okupación, lo que no vota”, señala Gonzalo de Oro, concejal del Vox.

¿Por qué? Vox considera que el PP mantiene un doble lenguaje, que, en realidad, no ejerce de oposición al gobierno municipal del PSC. Gonzalo de Oro incide en problemas en distintos barrios que guardan relación con la ocupación.

Vox estuvo presente en las manifestaciones vecinales en el barrio de La Verneda, y apunta al PP, por “votar una cosa en el Congreso y decir otra en Barcelona”.

Gonzalo de Oro, en la entrevista con la Cadena Cope

Gonzalo de Oro, en la entrevista con la Cadena Cope

Gonzalo de Oro se refiere a la votación del PP sobre la ley ómnibus en el Congreso, la que incluía el llamado ‘escudo social’. Tras el rechazo de la ley, por parte del PP y de Junts, el Gobierno de Pedro Sánchez la volvió a presentar, con algunos cambios, pero no sustanciales sobre ese escudo social que protege, según el concejal de Vox, “a los inquiokupas”, llamados así para relacionar a los inquilinos que, en algún momento, no pueden o dejan de pagar el alquiler, pero se mantienen en las viviendas.

El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Barcelona señala, en concreto, que ese escudo social que acabó apoyando el PP y Junts, que se incluía en la ley ómnibus, defiende una moratoria de desahucios prevista hasta el 31 de diciembre de 2025.

La consecuencia es que durante este año, ningún okupa o inquiokupa vulnerable podrá ser desalojado, al margen de si tiene o no una sentencia judicial firme en contra.

La furgoneta del PP

“Un partido debe ser coherente, y no se puede votar a favor de los inkiokupas y montar una campaña en contra de los okupas. No se puede tener la cara de predicar lo que no se vota. Entiendo que se pueden votar cosas para seguir una estrategia, pero antes que las estrategias están las personas”, asevera Gonzalo de Oro.

Se refiere el concejal de Vox a la campaña que ha iniciado Daniel Sirera, el portavoz del PP, a modo de oficina móvil ‘antiokupas’, con una furgoneta que se desplazará por los distintos barrios de la ciudad.

El líder popular Daniel Sirera en la furgoneta antiokupas

El líder popular Daniel Sirera en la furgoneta "antiokupas" METRÓPOLI

Esa furgoneta circulará –con la imagen de Sirera—durante dos semanas para “escuchar, acompañar y dar asesoramiento jurídico” a los barceloneses.

Gonzalo de Oro, en una entrevista en el programa Converses, de la Cadena Cope, con la participación de Metrópoli, incide en el papel que puede tener su partido político en el Ayuntamiento. Una de sus reclamaciones es que se presente una alternativa “cuanto antes” a la medida de la reserva del 30% de vivienda protegida en las promociones inmobiliarias.

“Se ha comprobado que no ha sido eficaz, al revés, ha sido contraproducente. Y el PSC debería aprobar esa alternativa con quien puede sumar, con Junts. Si lo hace, nosotros estaríamos también a favor”, asegura Gonzalo de Oro.

A pesar de brindarse para esa posible alternativa, el portavoz de Vox critica con contundencia al alcalde Collboni, al entender que no ha aplicado políticas distintas a las de la ex alcaldesa Ada Colau. “Collboni, con buenas formas, está siendo, en realidad, una especie de Colau 2.0, sin tocar muchas de las cosas de los comunes”.