Mucho se habla sobre las criptomonedas a día de hoy. Basta con poner ver vídeo en Youtube y prestar un poco de atención a su publicidad, con pasar un rato mirando Twitter o con prestar un poco de atención a los noticiarios televisivos. Este tipo de divisa virtual, que hace unos años era prácticamente una anécdota, cada vez va ganando mayor terreno en un mundo real que necesita una mayor agilidad en las transacciones económicas sin renunciar por ello a la seguridad propia de este tipo de operaciones.
Sin ir más lejos, hace unos meses un equipo de segunda división B madrileño llevaba a cabo el fichaje de un conocido y veterano jugador, el delantero David Barral, a golpe de criptomoneda. La cosa tenía truco, desde luego, ya que uno de sus patrocinadores se dedica a este mercado, pero era una muestra más de hasta dónde puede llegar esta forma de hacer negocios.
¿El siguiente paso? Que sea aceptada en la mayoría de las tiendas virtuales y que todos nos lancemos a invertir en ellas, aunque antes de eso conviene tener claros algunos conceptos que vamos a repasar hoy. Debemos saber bien dónde nos metemos, qué es lo mejor que pueden darnos u cuáles son sus principales puntos a tener en cuenta.
ANTES DE NADA ¿QUÉ SON?
Lo cierto es que a día de hoy cualquiera ha oído hablar de criptomonedas, pero otra cosa es que sepa lo que son. Lo cierto es que se trata de un concepto relativamente nuevo, aunque no de última hora. Llevan en circulación desde el año 2008, momento en el que la crisis económica a nivel mundial hizo que un japonés decidiese dar un paso al frente y crear una nueva forma de realizar transacciones económicas. Una al margen de los bancos, sin control por parte de estos, y lo que al principio parecía una idea descabellada terminó convirtiéndose en un auténtico bombazo. Lo único por lo que la gente no se ha interesado aún más por ellas es porque cuestan dinerito, y este tipo de cosas, cuando tocan el bolsillo, echan para atrás. Eso sí, lo más probable es que hayáis escuchado aquello de ‘si hubiese invertido en divisas virtuales, ahora sería millonario’.
Veremos de dónde sale esa frase y cuánto tiene de verdad un poco más adelante. De momento, con lo que tenéis que quedaros es con que esta moneda virtual está basada en la tecnología blockchain. Este protocolo de seguridad hace que, a pesar de ser digitales, las criptomonedas sean absolutamente seguras. No es dinero normal, no se materializa físicamente ni pasa por las entidades bancarias. En vez de ser verificada por un único organismo, cada transacción debe ser aprobada desde diferentes sitios, por distintos programadores que verifiquen la operación. Ahora bien, ¿por qué usarlas en vez de dinero tradicional?
¿PARA QUÉ SIRVEN?
Aunque mucha gente, con bastante dinero o con mucho espíritu emprendedor, está utilizándolas para invertir y ganar bastante dinero a corto-medio plazo, lo cierto es que no es fácil de hacer. Por eso, si de verdad queréis saber cómo utilizarlas para obtener beneficios, lo mejor es buscar los mejores consejos profesionales para invertir en criptomonedas.
Eso sí, conviene no olvidar que, como monedas que son, su principal uso, con el que fueron concebidas, es protagonizar transacciones económicas. De hecho, cada vez son más los servicios que permiten pagar con ellas: desde comprar una casa hasta fichar a un futbolista, pasando por contratar a un proveedor de VPN o una suscripción a Wordpress. Los e-commerce deberían ser los siguientes en normalizar esto, porque al fin y al cabo… ¿dónde vamos a gastar mejor una moneda virtual que en una tienda online?
SUS BENEFICIOS
Además del hecho de no estar controlada por ningún banco, ¿qué tipo de ventajas nos aportan las criptomonedas a la hora de efectuar pagos con ellas?
· Se trata de una forma de pago segura
Lo primero que tienden a pensar algunos usuarios es que el hecho de ser digitales las convierte en un método de pago inseguro. Sin embargo, ocurre más bien todo lo contrario. Sus sistemas criptográficos son prácticamente perfectos. De hecho, cada persona que las utiliza tiene sus propias claves, por lo que es imposible que un pirata informático las falsifique.
· Los pagos con ellas son inmediatos
Uno de los problemas existentes al hacer transacciones internacionales es que los distintos movimientos entre bancos pueden retrasar las operaciones de unas horas a unos días. En cambio, el hecho de que las criptomonedas sean globales y no tengan que pasar por entidad bancaria alguna hace que los movimientos sean instantáneos. Esto agiliza tremendamente los procesos de compra/venta, lo que ha hecho que cada vez sean más los los e-commerce que deciden implementar una pasarela de pago para este tipo de moneda virtual.
· Las transacciones son definitivas
Del mismo modo que no hay retrasos en los pagos con ellas, la no intervención de los bancos hace que nada ni nadie pueda retener los pagos con este tipo de divisa digital. Es decir, nada ni nadie puede interponerse entre el pagador y el cobrador, y eso se presenta como una ventaja frente a otros tipos de pago tradicionales en los que la cosa puede terminar saliendo rana.
SUS INCONVENIENTES
Como todo en esta vida, hacer un mal uso de las criptomonedas puede salirnos muy caro… literalmente. Hay que saber cómo utilizarlas y cómo operar con ellas para no llevarnos ningún sobresalto, aunque basta con tener claros ciertos conceptos.
· Mucho cuidado con la clave del wallet
El wallet, cartera en inglés, es el lugar del ciberespacio protegido por blockchain en el que estas divisas se almacenan. Se trata de uno de los lugares más seguros de la deep red, pero es tan seguro que si perdemos la forma de acceder a él perderemos todo el dinero que tengamos dentro. Esto se soluciona haciendo una copia de seguridad del mismo, pero hay que hacerla antes de que ocurra el problema, así que conviene no dejarlo pasar.
· Los usuarios no terminan de fiarse
Tal y como hemos dicho anteriormente, por muy modernos que nos creamos, lo normal es que lo digital genere cierta desconfianza. Por eso su principal escollo sigue siendo el temor a que sean perjudiciales. Lo cierto es que con ellas ocurre lo mismo que con las energías renovables: de entrada no terminamos de lanzarnos, pero con el tiempo se están volviendo indispensables, así que mejor cogerles el truco cuanto antes.
¿CÓMO FUNCIONA ESTE MERCADO?
Al igual que con cualquier tipo de divisa tradicional, existen varias formas de conseguir criptomonedas. Concretamente, tres: Comprándolas, aceptándolas en una transacción y creándolas.
Lo normal es que optemos por una de las dos primeras opciones. Ahora que su uso aún no es generalizado, lo más fácil es acudir a plataformas de compra oficiales o a intermediarios financieros especializados. Ahora bien, se ha de tener muy claro para qué se quienen utilizar, porque si es para después gastarla no todo aquello que queráis comprar admitirá este tipo de divisa como moneda de cambio.
¿CUÁNTAS EXISTEN EN EL MUNDO?
Lo más probable es que, al leer la palabra ‘criptomoneda’, lo primero que se os venga a la cabeza sea el bitcoin. ¿Os acordáis de que antes os dijimos que un japonés lanzó la primera moneda virtual de este estilo allá por el año 2008? Pues sí, se trataba precisamente de esta, así que como pionera es una de las más cotizadas del mundo.
Sin embargo, a pesar de lo novedoso del asunto, lo cierto es que en poco más de una década han surgido cerca de 7.000 variantes de este tipo de divisa digital, ¡y el número no hace más que crecer! El problema que hay con ellas es que no tienen un valor concreto, sino que va cambiando como si se tratase del valor de las acciones en bolsa. Es precisamente esto lo que llama la atención de los inversores, la capacidad que les otorga a la hora de comprar y vender, medio con el que se han conseguido hacer negocios bastante lucrativos.
ALTERNATIVAS
Dicen los que entienden de esto que las más estables son precisamente el bitcoin y el ethereum, aunque lo cierto es que el e-RMB, la criptomoneda china anunciada por el gobierno asiático como divisa virtual nacional, promete llegar pisando fuerte.
Otras que también tienen cierta credibilidad además de estas tres son el Ripple, el Litecoin y el Dash. Eso sí, se elija la que se elija, hay que hacerlo con cabeza. La tremenda volatilidad de algunas opciones las hace tremendamente desaconsejables. Y de esto, como veremos a continuación, no se libra ni el todopoderoso bitcoin.
SUS VALORES
Como ya hemos dicho, el valor de este tipo de divisas es fluctuante. Esto hace que vaya variando a lo largo del tiempo, y ojo, porque los cambios no son pequeños. Un buen ejemplo de ello, aunque os hemos mencionado que es de las más estables, es el bitcoin.
Resulta que la criptomoneda por excelencia tenía un valor de en torno a 7.000 dólares en 2020, el año del coronavirus. Sin embargo, tan solo unos meses más tarde, a principios de 2021, se multiplicaba prácticamente por 6 hasta alcanzar su máximo histórico hasta la fecha. ¿El problema? Tan solo unos días más tarde perdía casi un tercio de su valor para quedarse en los 29.000. Por eso os hemos hablado de la volatilidad propia de este producto y de la importancia de saber invertir en ellas para saber cuándo comprar, cuándo vender y cuándo es mejor mantenerse a la expectativa.
Y si esto ocurre con una de las más estables del mercado… imaginad lo que puede suponer meter dinero en una completa desconocida. Puede resultar el negocio del siglo, pero también en mayor fiasco vivido por nuestra economía personal. Sea como fuere, si queréis intentarlo, echad un vistazo a la cotización de cada divisa virtual en el momento justo en el que queráis comprar o vender y aprended a tomar decisiones rápidas, es la única forma de ganar… ¡o de no perder demasiado!
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