La custodia compartida consiste en la resolución legal que permite a cada uno de los padres pasar un tiempo igualitario con sus hijos. Es una modalidad que se espera establecer como la normalidad ante casos de divorcios, porque a efectos de ley y por equilibrio social, parece la vía más apropiada para resguardar los derechos de los pequeños, y su salud mental y emocional.
Lograr que esta modalidad se establezca suele ser complicado en algunos casos, sobre todo cuando el divorcio avanza en condición contenciosa y las partes están muy negadas a colaborar en cualquiera que sean las peticiones del otro involucrado. Al final, esto termina por perjudicar a los más pequeños, y es por eso que para evitar que el asunto se salga de control, lo mejor puede ser tratar con un abogado de familia.
Debe ser una persona experimentada en el área, con pensamientos que vayan acorde con los beneficios de quienes más ayuda necesitan (que en este caso son los niños) y con una amplitud de conocimientos en el área para lograr que las resoluciones del tribunal sean las correctas.
Aspectos a considerar para la custodia compartida
Es importante saber que aunque la custodia compartida sea la opción preferida hoy en día por los tribunales, y que se establece como prioritaria ante la custodia monoparental, existen ciertas condiciones que son valoradas antes de aprobar dicha solicitud.
Lo primero es que si los hijos tienen la capacidad para emitir su opinión sobre la vida con sus padres, estos son tomados en cuenta. De esta manera, se asegura que los niños realmente estén siendo beneficiados y no se vuelvan víctimas de una situación que les resulte desagradable.
También se tiene en cuenta el nivel de responsabilidad e involucramiento que cada padre tiene en función de sus hijos. Por ejemplo, si cumplen con la correcta manutención, la educación, el ocio, etc.
A nivel de pruebas, es posible que los involucrados sean sometidos a una valoración psicosocial que tendría como objetivo demostrar si se tienen la capacidad para asumir la responsabilidad. Idealmente, cada padre debería tener un lugar donde vivir, que sea cómodo, seguro y con las condiciones óptimas para que el niño desarrolle su vida con normalidad.
Evidentemente, en los casos en los que el divorcio responda a demandas por violencia doméstica, conflictos con drogas, por robos o cualquier evento que sea ajeno a lo que se podría considerar como una paternidad o maternidad responsable, la custodia compartida es probable que no sea la solución.
La custodia compartida en caso de hijos lactantes
Esta es una condición muy particular al hablar de la custodia compartida, porque los bebés lactantes necesitan estar al lado de su madre durante los 2 primeros años de vida, por lo menos. Sin embargo, ya existen sentencias que los abogados especializados en temas de familia han logrado trabajar en función del beneficio del padre por mantenerse en contacto permanente con su hijo.
La experiencia plantea que, en estos casos, el padre tendrá derecho a un régimen de visita ampliado, que permitirá que esté en contacto cercano y frecuente con el bebé, por lo menos hasta que cumpla los dos años. Después de eso, se establecerán regímenes de estancia progresiva, que permitirán al bebé irse acostumbrando al nuevo entorno que tendrá con papá.
Lo importante es saber que estos son temas delicados y nunca estará todo dicho, porque cada familia es diferente. De ahí que sea tan importante contar con la asesoría de abogados de familia que estén especializados y sean capaces de ofrecer la mejor ruta para un desenlace feliz para todos.
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