El Ayuntamiento de Barcelona ha ejecutado en el distrito de Sant Andreu una prueba piloto con la que ha asfaltado una calle con material elaborado a partir de restos de plásticos no reutilizables y de tóner de impresora, con lo que se estima que ha emitido catorce toneladas menos de CO2 que con aglomerado tradicional.
MÁS RESISTENTE
El consistorio ha informado este domingo, 26 de noviembre, de que, para producir el material necesario para este asfalto, ejecutado en la calle de Josep Soldevila, se han empleado 3.717 kilos de plástico que no se podía reciclar, lo que equivale a 2.478 bolsas domésticas de basura llenas de plástico.
Ha subrayado que el nuevo material creado con trazas de esos restos "tiene una resistencia superior a los pavimentos normales y presenta un mejor comportamiento cuando pasan los autobuses debido a la rigidez que aportan el plástico y los restos de tóner, que también añaden protección anticarburante".
RESPETUOSO CON EL MEDIOAMBIENTE
Esta prueba piloto permitirá evaluar su resistencia al tráfico rodado, conocer la reducción de CO2 en su producción y mejorar la sostenibilidad de los conglomerados con los que se asfalta en la ciudad.
Con la inclusión de este tipo de residuos, ha asegurado el Ayuntamiento, se persigue reducir las necesidades de mantenimiento y actuaciones a medio y largo plazo en los pavimentos, con las ventajas medioambientales que comporta alargar su vida útil.