Los vecinos del barrio del Clot-Camp de l'Arpa y de otros barrios del distrito de Sant Marti se han manifestado ante la sede del distrito para exigir a los responsables municipales que cumplan su promesa y mantengan el bus del barrio 192.
Los vecinos consideran que la desaparición o el recorte, tanto en la frecuencia como en el recorrido, del actual servicio causará un grave perjuicio a los habituales usuarios, buena parte de ellos personas de la tercera edad, y otras con movilidad reducida, que lo usan para ir a algunos de los centros médicos, como el hospital de Sant Pau.
¿CUMPLIRÁN LA PROMESA?
Cuando los manifestantes estaban en el interior de la sede del distrito, los responsables de este han vuelto a cambiar de opinión: les han prometido que el recorrido y la frecuencia del 192 no se va a tocar.
La situación que se vivió en el pasado Consell de Districte, cuando el concejal Francesc Carmona aseguro que “el 192 se mantiene”, parece que se repite. Y lo que los vecinos no quieren es que se repita lo que pasó, apenas cinco días después, en el Consell del Barri del Clot, donde el regidor del distrito, Josep Maria Montaner, comunicó a los vecinos que, de lo dicho nada de nada y que el 192 iba a sufrir un recorte tanto en el recorrido como en la frecuencia.
Este cambio de postura indignó a los vecinos, que inmediatamente convocaron una manifestación para dejar claro su rechazo a la postura de los responsables del distrito.
NO SE FÍAN
Ahora, los vecinos han recibido con cautela la nueva promesa que les han hecho los responsables del distrito. Visto lo visto, prefieren esperar antes de considerar ganada la lucha que han mantenido por lograr el objetivo de que este bus del barrio no sufra ningún tipo de recorte. Las experiencias pasadas les han dejado claro que una cosa es dar una opinión ante la presencia de los vecinos y otra la decisión que se toma en un despacho.
Por eso, asegura que estarán atentos a los futuros movimientos en este sentido ya que algunos se temen que los responsables del distrito podrían aplicar la política de hechos consumados, algo que ya han visto en anteriores ocasiones.