El Ayuntamiento de Barcelona culpa al "incivismo" de algunos vecinos del barrio del Besòs i Maresme para explicar la suciedad permanente en diversas calles del distrito de Sant Martí. En una carta remitida a una vecina, el consistorio argumenta que los barrenderos limpian frecuentemente y apunta a las actitudes incívicas de los residentes como el motivo de que la vía pública esté sucia.
Las dos entidades vecinales del barrio desaprueban la respuesta dada por el gobierno municipal de Ada Colau, aunque admiten que existen prácticas incívicas que impiden que algunas zonas estén limpias. "No me parece bien esa respuesta, pero con los botellones que hay en el barrio es normal que haya mucha suciedad", explica Francesc Abad, de la Associació de Veïns i Veïnes del Besòs.
PEDAGOGÍA
Ramon Tur, vicepresidente de la asociación de vecinos Maresme, valora la respuesta del consistorio como "regular". También explica que es necesaria "mucha pedagogía" entre los vecinos para terminar con algunas costumbres. Una de ellas consiste en lanzar bolsas de basura enteras por la ventana, incluso en el mismo momento en que el barrendero está limpiando. En ocasiones, los barrenderos trabajan con un ojo puesto en las ventanas, atentos a que una bolsa voladora no impacte en sus cabezas.
En la respuesta a la queja de la vecina sobre una zona concreta, el Ayuntamiento explica que la zona indicada se barre de lunes a sábado por la mañana y que se riega semanalmente. "Esta programación se cumple con normalidad (excepto festivos). Posteriormente no podemos garantizar la limpieza si hay incivismo", argumenta la administración.
La vecina en cuestión, Teresa Pardo, denuncia que a pesar de existir incivismo en algunas zonas, la limpieza no es suficiente. Unas quejas que ya se dieron durante las primeras semanas del estado de alarma el pasado abril. Asegura que no siempre se baldean con agua las zonas y que el servicio de limpieza municipal tiene mucho margen de mejora.
BASURA POR LA VENTANA
Abad explica que algunos vecinos también tiran latas y tetrabriks por las ventanas desde varios pisos, concretamente en la calle Perpiñán. Sobre la falta de limpieza en el barrio, explica que hay menos efectivos, en parte, porque hace semanas que los trabajadores de un grupo de refuerzo de limpieza y pintura contratados por el Ayuntamiento no trabajan. A finales de julio detectaron un caso positivo de coronavirus entre estos empleados y se decidió aislar al grupo entero formado por una decena de personas. Tras este episodio, el grupo empalmó el aislamiento con unas cortas vacaciones de entre 10 y 12 días a las que tienen derecho por su contrato de ocho meses.
Desde la Plataforma Maresme Barri Net se han organizado diversas charlas entre los vecinos para concienciar sobre el reciclaje y fomentar buenas prácticas. "Pero está costando", reconoce Tur, que cree que el servicio de limpieza quizá no se esmera tanto en el barrio porque saben que, en cuestión de horas, algunos tramos de la calle vuelven a estar sucios.