Los jóvenes hosteleros respetan la tradición y la modifican solo para mejorarla. Los propietarios de La Mestressa y de Vermut i a la Gàbia de pl. Osca han cogido el testigo de uno de los bares más emblemáticos de Sants, la Bodega Floren, en pl. Ibèria, y cambiando solo lo necesario han devuelto al barrio un emblema. El nuevo Can Violí -el nombre rinde tributo a cómo se conocía popularmente la plaza, donde había una taberna con un música tocando siempre el violín- es una casa de comidas "de producto honesto, trato amable, ánimo joven y corazón valiente", como ellos definen.

En carta, patatas con espuma de brava y allioli de miel, escalivada con “morcilla”, alcachofa a la brasa con crujiente de jamón o cremoso de arroz de gambas con foie; platos de sello a degustar entre vecinos también en una tranquila terraza. Sants es barrio y se nota.

Plaça Ibèria, 2