La historia de la plaza del Sortidor es curiosa. Debe su nombre a una fuente viajera, que estuvo pero ya no está. Pese a haberla perdido, aún se conserva en el nombre de la plaza, aceptada en el nomenclátor oficial del Poble-sec desde el año 1992.
AROMA DE BARRIO
La plaza es en la actualidad uno de los centros neurálgicos del barrio barcelonés, acogedor y próximo. Es de esos lugares que se mantienen fieles a su pasado, con aroma de barrio obrero y personal.
La plaza acoge en su seno una pequeña fuente, minúscula comparada con la gran obra que acogía antaño, y es un lugar tranquilo (a la vez que concurrido) en el que tomar algo en una terraza agradable.
EL ORIGEN DEL NOMBRE
La plaza del Sortidor se denomina así por la gran fuente (o surtidor de agua) procedente de la Vila de Gràcia que se instaló en ella. Se la empezó a llamar así de manera extraoficial hasta que entró en el nomenclátor en el año 1992.
La conocida como Revolta de les Quintes fue la causante de que la fuente acabase en esta plaza del Poble-sec. La placeta fue inaugurada en el año 1874 con el nombre de Blasco de Garay y destacaba por la estatua de la diosa Ceres y cuatro delfines que presidían la gran fuente ubicada en la plaza.
NUEVO TRASLADO DE LA FUENTE
En 1918 acabó el idilio de la fuente con la plaza, cuando fue trasladada a Montjuïc coincidiendo con la Exposició Universal. Pero sus gentes (y el nomenclátor oficial) la siguen llamando plaza del Sortidor.