Una invasión de palomas acabará en los tribunales. El Ayuntamiento de Barcelona solicitará en los juzgados poder acceder a un edificio en ruinas de la calle Piquer, en el que desde hace años se ha instalado una plaga de aves, ratas y cucarachas. La situación había acabado con la paciencia de los vecinos desde hace años.
Los residentes señalan a un único culpable: el propietario del inmueble, que hace caso omiso de las reclamaciones de consistorio y arrendatarios. Tras las numerosas reclamaciones, el Ayuntamiento ha perdido la paciencia y tratará de poner fin a la situación en los tribunales, según El Periódico.
La propiedad, el único culpable
La intención es que el coste de limpieza recaiga en el propietario, un fondo de inversión con sede en un país sudamericano. Si la situación va a más, el ejecutivo incluso se plantearía comprar o expropiar la finca, mientras la propiedad hace oídos sordos e incordia a los vecinos con su pasotismo.
Según explicó Metrópoli, la rutina de algunos vecinos es, desde hace años, ahuyentar a las palomas que se ponen en las barandillsa de sus balcones cada mañana al despertarse. Los vecinos también hacen malabares para encontrar sistemas que asusten a estas aves: algunos ponen pinchos en las barandillas; otros, utilizan botijos en forma de búhos.
En total, más de un millar de palomas residen en la finca, en una estampa lamentable e impropia de una ciudad como Barcelona.