El barrio de Sants, uno de los más emblemáticos y antiguos de Barcelona, tiene una historia interesante que refleja la evolución de la ciudad. Antes de convertirse en un barrio barcelonés, era un pequeño pueblo. Su origen se remonta a varios siglos atrás, pero oficialmente se fundó como municipio hace aproximadamente 100 años.

Sants es el núcleo de población más importante y el barrio más extenso y más antiguo del distrito. En el siglo XIX era un barrio obrero con diversas fábricas textiles, entre las cuales debe destacarse El Vapor Vell, que se convirtió en biblioteca y escuela en el 2001, y La España Industrial. En 1897, el municipio se anexionó a Barcelona. 

La construcción de la carretera nueva, a finales del siglo XVIII, animó el ritmo económico y constructivo del barrio. Hoy en día, la calle de Sants y la calle de la Creu Coberta forman uno de los ejes comerciales más importantes.

Un barrio industrial

El crecimiento de Sants se acentuó durante la segunda mitad del siglo XIX, y su población se multiplicó por cinco entre 1850 y la anexión. Es un crecimiento superior al de Barcelona y al de buena parte de los municipios del llano, a causa del impulso de la industrialización y la atracción de mano de obra que supuso.

La España Industrial, el vapor nuevo, ha sido la fábrica más importante de la historia social y económica de Sants. Sociedad anónima textil de la familia Muntadas, producía diferentes tipos de tejidos y estampados, especialmente ropa de pana, el género textil más utilizado por las clases populares catalanas (el negro de payés, el beis verdoso de los tranviarios...). La calle que lleva el nombre de la fábrica, y que le da acceso desde la carretera, probablemente era una de las más animadas durante los días laborables, en los que concurrían obreras y obreros: las mujeres, con falda hasta los pies y la cabeza cubierta; los hombres, calzados con alpargatas y con blusa.

La vida social

La vida social de un municipio industrial como Sants, en la periferia de la capital, debía estar, en buena parte, regida por los conflictos sociales. Negociaciones y huelgas, demandas de trabajo y paro, paternalismo y radicalismo, beneficencia y caridad, tabernas y ateneos populares, merendolas en las fuentes, bailes, teatro y canto coral debían ser las características de la vida de Sants, así como del resto de la Catalunya urbana.

El barrio de Sants AJUNTAMENT BARCELONA

La primera fábrica fue la de los Güell, El Vapor Vell, cuyo edificio todavía hoy se mantiene en pie, con entrada por la calle del Nord, que después de la anexión pasó a denominarse calle de Galileu. Hoy es el principal recuerdo de uno de los primeros episodios de violencia social en Sants y en Catalunya. En efecto, en este local, en julio de 1855 fue asesinado el gerente de la fábrica, Josep Sol i Padrís, durante una reunión de negociación salarial con una comisión de obreros. El asesinato coincidió con el inicio de la primera huelga general de los obreros del textil en Barcelona y su llano. Este asesinato y la primera huelga tuvieron una gran repercusión en la historia contemporánea de toda Catalunya.

Los espacios públicos

El espacio público de Sants estaba representado por sus calles; las plazas eran escasas. Es más, en vez de las calles, las carreteras que salían de Barcelona hacia el suroeste fueron los ejes que articularon el crecimiento y las formas urbanas del municipio. La carretera de Sants fue iniciada por el reformismo borbónico en 1764, y cinco años más tarde se acababa el puente sobre el Llobregat en Molins de Rei.    

El más extenso de Barcelona         

En la actualidad, el distrito de Sants-Montjuïc es el más extenso de Barcelona, con una superficie de 2.090 hectáreas, que representa casi la cuarta parte del término municipal de Barcelona.

Esta heterogeneidad del territorio se traduce en una gran diversidad social y humana. La extensión real del distrito es muy inferior si se excluyen las zonas no habitadas, como el Port de Barcelona, el polígono industrial de la Zona Franca y buena parte de la montaña de Montjuïc.

Sants-Montjuïc está formado por ocho barrios: el Poble-sec, Hostafrancs, la Bordeta, la Font de la Guatlla, la Marina de Port, la Marina del Prat Vermell, Sants y Sants-Badal.

Sus variadas zonas destacan por un atractivo único en comparación con otros barrios de la ciudad, ofreciendo una rica diversidad cultural en diferentes aspectos. Sobresalen especialmente en el ámbito gastronómico, gracias a sus bares y restaurantes, y en el literario por la estatua en honor a Joan Pelegrí. Esto lo convierte en uno de los mejores barrios para vivir en Barcelona.