El caso de Kelly Arrontes es particular. Algo que el Ayuntamiento de Barcelona podría haber zanjado en cuestión de un día, ha desencadenado un dramático malestar con los vecinos. La historia se ubica en la calle Guerau de Liost, número 8, en Vallvidrera, y el detonante han sido los coches. Coches mal aparcados, pues en esta calle –una vía monoplataforma– está prohibido estacionar.

“Los coches circulan rapidísimo, a unos 80 kilómetros por hora”, explica Arrontes a Metrópoli Abierta. Cada vez que sale tiene que caminar 200 metros desde su portal hasta su plaza de parking –se le denegó la petición de aparcar enfrente de su casa– a ciegas y con el peligro de ser atropellada.

Kelly Arrontes es una pintora discapacitada de alto grado (81 %) con ceguera legal (<9 % de visión residual en un solo ojo). Es por eso que hace dos años propuso al Ayuntamiento la instalación de pilones para que los coches no aparcaran más y así ella no tuviera que desplazarse por el medio de la carretera y pudiera hacerlo por una “acera”. La plegaria nunca fue atendida.

“En todo momento me dieron largas, apelando al civismo de los vecinos y a la política de tolerancia hacia el aparcamiento ilegal en Vallvidrera”, relata. Así, la única acción que ha llevado a cabo el distrito –al cuyo cargo está el regidor Jaume Asens– para apaciguar la situación –o las quejas– es pintar una línea amarilla y cambiar unas señales para que los conductores entendieran que estaba prohibido aparcar. “En enero llegó la Guàrdia Urbana y los multó a todos”, cuenta. Aunque eso no hizo más que agravar el caso.

ACTOS VANDÁLICOS

El suceso prendió la mecha y los vecinos respondieron contra Arrontes y su marido pinchándoles una rueda del coche, arrancándoles las lunetas de los retrovisores, lanzándoles basura y huevos contra el coche... dejándoles mensajes desagradables en la puerta de casa, así como colocando basura encima de su plaza de aparcamiento de discapacitado. “Cada domingo pasamos por los Mossos d'Esquadra a denunciar la situación”, dice Arrontes cansada del tema. Según cuenta, el Ayuntamiento se encuentra en un “proceso de mediación” del que aún no saben nada.

Los vecinos dejan basura en su plaza de aparcamiento de discapacitado



“Vivo una situación extrema con actos vandálicos y denigrantes contra mi condición de discapacitada, y la administración es activamente cómplice con ellos, ya que les permite violar de forma expresa e impune sus propios reglamentos, mientras que se inhibe de ayudar a la víctima”, concluye la vecina. El pasado mes de febrero, la pareja recurrió a la Síndica de Greuges, quien está trabajando en el caso para encontrar una solución lo antes posible.

LOS INICIOS DE LA HISTORIA

Hace seis años, la pareja se compró el piso y hace tres años solicitaron formalmente la adaptación del edificio que todavía no se ha realizado, pesa a una “correspondiente denuncia”. “Tuvimos que denunciar a la comunidad y con el fin de que hiciesen la adaptación de los accesos, accedimos por un pacto judicial a revocar la adaptación de la terraza”, cuenta la implicada. Entonces, los vecinos se comprometieron a empezar las obras de adaptación – de acceso y de adaptación lumínica– antes de finales de 2017, pero a día de hoy, tal como detalla Arrontes, “no lo han hecho aún”.

Kelly Arrontes caminando por su calle con los coches mal aparcados 



Este suceso sumado a la multa por mal estacionamiento ha provocado un fuerte malestar vecinal. “¡Yo ya no sé qué más hacer! Esta es la casa de nuestros sueños y no nos iremos”, exclama la vecina con determinación.