Entre las quejas de los vecinos del barrio de Sant Gervasi, hay algunas en las que el presidente de la asociación de vecinos, Josep Mª López, hace especial hincapié. Ser uno de los barrios con menor financiación de Barcelona, así como el desproporcionado incremento del incivismo, son dos asuntos que preocupan especialmente a los residentes. Pese a ello, cuentan con muchas más demandas que no dudan en defender trabajando en su sede de Vil·la Florida, conseguida bajo su propia lucha.
¿Cómo nació la asociación de vecinos?
Se inició en 1975. Yo me incorporé hace cinco años, pese a que llevo 50 en el barrio desconocía la asociación. Conocí a un presidente anterior en el gimnasio y me preguntó si quería formar parte de la asociación. Me hice socio, y más tarde me hicieron de la junta. Esta entidad ayudó a que se hiciera Vil·la Florida, que anteriormente estaba abandonado. Ahora es un centro cívico donde nos podemos reunir.
¿Cuáles han sido las grandes reivindicaciones logradas gracias al trabajo de la asociación?
Ayudamos a la remodelación de la plaza de la Bonanova, la creación de la biblioteca Joan Maragall, la incorporación del ascensor en la parada de El Putxet de FGC, que fue bastante duro, hasta hace un año y medio no lo teníamos. No hicieron este ascensor porque aquí iba a pasar la L9, donde estaba previsto que se instalara. Facilitamos la remodelación de la Ronda General Mitre y conseguimos la reforma de la plaza Ferran Casablancas.
Ahora estamos luchando por la remodelación de la calle de Sant Gervasi de Cassoles, que entra en el concepto de superilles. La que se quiere hacer aquí es muy interesante. En este barrio pasa mucha gente desde que hicieron la Ronda de Dalt y traviesa el barrio pero no está aquí. Sant Gervasi es el barrio que tiene más escuelas y más centros de salud de toda Europa, pasa mucha gente. Con la superilla se quiere pacificar el barrio. Este proyecto iría de la calle de Balmes hasta Ganduxer. También intentamos conseguir la financiación de la L9, hay una tuneladora parada en Lesseps muerta de asco. Igualmente, queremos que la gente conozca las prestaciones de los centros de servicios sociales y de salud, aumentar la creación de la vivienda social y mejorar la seguridad del viandante, la gente se atreve a hacer cada vez más cosas por la escasa presencia de la Guardia Urbana.
Buscamos mejorar el medio ambiente, y gestionar la circulación de motos, bicicletas y patinetes, que es un caos. Cuando hay Consell de Barri, se habla de la inseguridad por falta de Guardia Urbana, y patinetes y similares, que cada vez hay más.
Los problemas con los patinetes los tratan como incivismo, ¿qué ocurre en materia de seguridad?
Hay gente que tiene miedo a salir a la calle por las noches. No es un barrio muy conflictivo, pero a partir de una cierta hora hay poca gente en la calle. Es un barrio que se ha hecho mayor, los hijos tienen que irse porque los alquileres son muy caros.
¿Tienen problemas de robos en domicilios, como en Les Tres Torres?
En la calle de Teodora Lamadrid rompieron la puerta de una residencia de gente mayor. Ya me dirás que quieren robar allí. Delante hay una peluquería donde ya han entrado dos veces este año. En una pastelería de la plaza de Joaquim Folguera entraron a robar un fin de semana del mes de julio. Encontraron cuatro euros en la caja registradora. También hay hurtos, pero no han aumentado especialmente.
Ronda de Dalt, paseo de la Bonanova... ¿Hay demasiado tráfico privado en la ciudad en detrimento del transporte público?
Desde que implantaron la línea ortogonal de autobuses, es fantástico. Sí hay queja por los fines de semana, especialmente el domingo, porque la frecuencia de paso es demasiado elevada. Los días laborables la frecuencia está muy bien.
El Tramvia Blau es historia del barrio. Pese a que se anunció un cierre temporal, que se está alargando demasiado, ¿creen que lo llegarán a recuperar?
El Ayuntamiento nos ha prometido que volverá a existir, pero se tiene que reasfaltar toda la avenida del Tibidabo. Se deben cambiar todas las vías, las anteriores se habían desgastado tanto que el tranvía no frenaba. Es una de las cosas por las que luchamos, pero será largo, cuatro o cinco años pasarán seguro, no creo que sea en esta legislatura.
¿Se está llevando a cabo una buena conservación del patrimonio histórico?
Nuestra intención es defender el patrimonio arquitectónico, artístico y cultural, con especial atención en la avenida del Tibidabo. Luchamos bastante por la sala Granados y, por lo que hemos visto, se lo ha quedado un particular. No están haciendo nada, está parado. Podría haber sido un anfiteatro muy grande, porque el barrio no tiene teatro. En cambio, en Sarrià sí lo tienen, queremos uno propio.
La Torre Bellesguard, de Gaudí, fue una clínica maternal después de la guerra. La adquirió una familia y se vendieron los terrenos colindantes. Es un lugar muy buen conservado y se hacen visitas.
Además de lo tratado, ¿qué cuestiones son prioritarias para los vecinos?
Como necesidades sociales, hay que aumentar la creación de vivienda social y asequible, especialmente para los jóvenes. Respecto a los equipamientos, el depósito de aguas del Rei Martí no se utiliza, queremos que se optimicen las instalaciones para realizar actividades. También nos gustaría utilizar la caseta del jardinero que hay en los Jardines de la Tamarita, un espacio muy grande que no se utiliza para nada. El problema es que se lo ha quedado Parcs i Jardins, que ya tenía el sótano, es difícil de conseguir.
Buscamos que en la hípica de la calle de Balaguer se hiciera un centro deportivo, entre otras cosas. Es privado, por lo que es difícil. Hay una cuestión muy importante. Tenemos unos okupas en la plaza de la Bonanova, les desalojaron en la anterior legislatura y ahora vuelven a estar mucho más equipados. Envié la carta de una vecina con esta cuestión al concejal de Seguridad, Albert Batlle. Tardó cinco minutos en contestarme. Contestó que pediría el expediente de esto y me dirían que pueden hacer. Los okupas, incluso, defecan en la calle, es horroroso. Ya teníamos okupas en la calle de Balmes, los que habían allí eran más bien “educados”, por decirlo de alguna manera. Gente joven de movimientos vecinales, no hacían ruido. Finalmente les desalojaron.
La escasa presencia de la Guardia Urbana también se la hemos comentado a Batlle. Ahora hemos conseguido que haya un guardia al servicio del barrio, la asociación tiene su contacto. Tenemos uno, antes no teníamos ninguno. Hay que mejorar la vigilancia, solo hay una patrulla con dos agentes para Sarrià y El Putxet.
¿Sant Gervasi cuenta con suficiente financiación?
Somos uno de los últimos barrios en presupuesto de Barcelona, el penúltimo o el último. Hemos hablado con Batlle para ver si podemos aumentar el presupuesto del distrito. Dijo que intentaría hacerlo, él vive en el barrio. Todo viene de la financiación.
¿Cómo valora la pasada legislatura para el barrio?
Algo que he encontrado en los comunes es que nos han escuchado. Ahora, Batlle ha hecho dos cosas importantes: vino y fue puntual. Antes nunca venían y no eran puntuales. Hicimos una reunión de la coordinadora del distrito con Batlle en el Ayuntamiento de Sarrià para exponer, cada asociación de vecinos, una demanda. Sarrià, por ejemplo, pidió la biblioteca. Nosotros pedimos la superilla y el arreglo de la plaza de Frederic Soler, que está hecho una porquería. Es cemento puro. Pero esto va de la mano de la superilla, que parece ser que se puede hacer en esta legislatura.
¿Cómo ve Sant Gervasi en un futuro?
Actualmente hay mucha circulación, bajan muchas calles por aquí desde que abrieron la Ronda de Dalt. Todo se centra en la superilla, que supongo que es para pacificar un poco el barrio. Es muy importante. Pese a ello, veo bien el barrio. Tenemos buena comunicación, servicios... lo veo con confianza.