La esperanza es lo último que se pierde, y los vecinos de Sarrià confían en la justicia para salvar Can Raventós, una finca protegida del siglo XIX amenazada por la promoción de unos pisos de lujo. Hace años que los residentes luchan para mantener el "único refugio climático" del barrio. A pesar de los incumplimientos de la normativa que denuncian entidades como 'Salvem Can Raventós', el Ayuntamiento de Barcelona ha dado el portazo a los requerimientos del vecindario y permitirá que salga hacia delante el megaproyecto urbanístico de las calles Bonaplata y Foncoberta, donde ya se han talado árboles para la construcción de los pisos a manos de la inmobiliaria Corp y una patrimonial de Grifols.
Pero no todo está perdido. La última baza de los vecinos para salvar Can Raventós es la justicia, ya que la entidad está a la espera de la respuesta judicial del recurso contencioso-administrativo que presentaron contra la aprobación del plan urbanístico. El resultado llegará a finales de septiembre o principios de octubre. Por otra parte, también están pendientes de la respuesta de la oficina antifraude por una posible irregularidad en la construcción de los pisos de alto standing. De momento, los vecinos mantienen la esperanza y confían en un resultado favorable.
PRESUNTAS IRREGULARIDADES
El pasado martes, 19 de septiembre, se abordó en la Comisión de Urbanismo, entre reproches de PSC y comunes, la problemática de Can Raventós. ERC pidió parar las obras y la tala de árboles y abrir una "negociación real con la propiedad" para que la finca sea un refugio climático de titularidad pública. Por su parte, los comunes --que en 2020 votaron a favor del proyecto-- pidieron al nuevo gobierno de los socialistas que emprenda "todas las acciones necesarias para salvar los jardines y responda a las demandas de los vecinos". Todas las peticiones fueron en vano, ya que la teniente de alcaldía, Laia Bonet, aseguró no poder hacer nada para paralizar el proyecto al reconocer que las negociaciones entre el consistorio y la propiedad no llegaron a nada.
Al mismo tiempo se ha hecho público un documento jurídico encargado por el Ayuntamiento en el mandato pasado que asegura que el plan especial aprobado tiene irregularidades. Unas irregularidades que precisamente denuncian desde Salvem Can Raventós. Según explica a la portavoz, el proyecto infringe la normativa en, al menos, tres aspectos.
La entidad asegura a este digital que no se deja el margen de 10 metros que según la ficha de patrimonio debe conservarse alrededor de la edificación catalogada como edificio histórico con que cuenta el recinto. Otro incumplimiento es que el proyecto supera en cinco metros la profundidad máxima edificatoria, que el Plan General Metropolitano (PGM) establece en 15 metros. Además, el PGM también define que la altura máxima del edificio tiene que ser de 10 metros, con planta baja y dos pisos. Sin embargo, el proyecto propone una planta baja y tres pisos que llegan a los 13 metros.
A raíz de la dura oposición de los vecinos de Sarrià, el Ayuntamiento de Barcelona y la promotora negociaron una permuta, que excluyó desde un principio la promoción de viviendas de la calle Bonaplata. Para las de Fontcoberta, el consistorio y la inmobiliaria llegaron a un acuerdo en el que se comprometieron a intercambiar el terreno por otros similares para edificar allí los pisos de lujo. Aunque la plataforma vecinal confiaba en que el consistorio se hiciese con los jardines y así detener parte de la construcción, este septiembre se ha hecho público que las negociaciones entre Ayuntamiento y propiedad no han prosperado y la promoción de viviendas sigue adelante.
PELOTAZO URBANÍSTICO
Además de denunciar los incumplimientos de la normativa municipal, la entidad asegura que también hay irregularidades en la tramitación del proyecto urbanístico. Según explica la portavoz a Metrópoli, el Ayuntamiento concedió a los promotores tres meses para las actuaciones necesarias para continuar con la tramitación tras el proceso de alegaciones. "La propiedad no presentó ninguna documentación, por lo que el expediente se archivó al haber expirado el tiempo desde la suspensión de la aprobación", detalla.
Después de tres meses, Corp debía presentar otro plan urbanístico con un nuevo número de expediente y empezar de cero todos los trámites. Por sorpresa de los vecinos, la Comisión de Urbanismo aprobó definitivamente en 2020 el Plan Especial de Can Raventós con el mismo expediente. Los partidos que votaron a favor fueron Barcelona pel Canvi de Manuel Valls, PP, PSC y Barcelona en Comú, mientras que JxCat se abstuvo y ERC votó en contra.
Al cierre del artículo, la inmobiliaria Corp no ha respondido a las preguntas de este medio.