Òscar Gil Alba Carnicé

Sarrià, un lunes de agosto a las 12 del mediodía. Las calles, habitualmente animadas por familias y jóvenes, están desiertas. Es una imagen habitual de la temporada vacacional: persianas bajadas, plazas silenciosas y un ritmo pausado que contrasta con el bullicio veraniego que se vive en otras partes de la ciudad. Metrópoli ha salido a la calle para preguntar cómo se vive en este barrio durante la temporada vacacional.

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    Sarrià, vacío durante las vacaciones de agosto

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    Los restaurantes, cerrados

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    Sarrià, vacío durante las vacaciones de agosto

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    Persianas bajadas

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    Sarrià, vacío durante las vacaciones de agosto

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    Sillas apiladas de un restaurante

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    Persianas bajadas en una casa de Sarrià

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    Los comercios también aprovechan para cerrar

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    Persianas bajadas en una casa de Sarrià

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    Sarrià, vacío durante las vacaciones de agosto

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