"No tinc por". Con esta consigna, centenares de personas han llenado este viernes la Plaça Catalunya, un día después del trágico atentado de La Rambla que acabó con la vida de 13 personas. En un mensaje unitario, y a escasos metros del lugar del atropello masivo, autoridades y ciudadanos han querido expresar, con un sentido minuto de silencio, su solidaridad con los familiares y amigos de las víctimas. El minuto ha terminado, de nuevo, con un grito atronador: "No tengo miedo".
En momentos como el que vive Barcelona no hay lugar para rencillas políticas y todas las administraciones han estado presentes en el homenaje a las víctimas. Entre los representantes institucionales, el Rey Felipe VI, el presidente de España, Mariano Rajoy, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Junto a ellos, Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos), así como numerosos representantes políticos que se han desplazado a Barcelona para estar cerca de sus ciudadanos.
Según datos del Ayuntamiento, unas 100.000 personas han participado en la concentración, 30.000 en la plaza y unas 70.000 en las calles adyacentes.
COMUNIDAD MUSULMANA
Tras el minuto de silencio se ha podido ver a muchos ciudadanos abrazando a miembros de una comunidad musulmana que sostenían pancartas mostrando su solidaridad con las víctimas, con mensajes como "Amor para todos, odio para nadie", "Unidos contra el terrorismo" o "el Islam es amor"; entre otras pancartas.
Tahir Rafi, portavoz de la EU-Pak Friendship Federation, ha agradecido los gestos de cariño y ha reclamado al resto de barceloneses, a través de Metrópoli Abierta, que no caigan en la islamofobia. "No hay que generalizar nunca. Lo que haga una persona no representa a un colectivo. Ninguna religión, tampoco la musulmana, pemite estos atentados bárbaros".
El minuto de silencio se suma a muchos otros actos solidarios que se han repetido en la capital catalana durante la mañana posterior al atentado. Taxistas que transportaron gratuitamente a transeúntes, vecinos que bajaron a dar agua y comida a los conductores que esperaban en los controles o gestos espontáneos como el cartel recordando que "Catalunya es un lugar de paz" en el mismo mosaico de Miró donde la furgoneta concluyó su recorrido.