Un coche aparcado en lo que parece la zona cercana a alguna de las playas de Barcelona. Un coche parado en doble fila y un individuo caminando nervioso. Se dirigie al conductor del coche y este echa marcha atrás unos metros.

El tipo nervioso se acerca a la parte de detrás de un coche aparcado, mira alrededor para comprobar que nadie le observa y, de repente, con un golpe firme y seco, con un objeto que sujeta con su mano y que parece ser una llave, hace añicos el cristal trasero del vehículo. Otro simple golpe para acabar de romperlo y abrirse un hueco por donde meter la mano y llevarse los objetos que se encuentran en el interior del vehículo. Un trabajito limpio y rápido y un serio disgusto para los propietarios del coche.

GRAVADO

De lo que el ladrón no se da ni cuenta es de que toda la escena está siendo grabada por una cámara oculta que se encuentra en el interior del vehículo. El amigo de lo ajeno actúa a cara descubierta y sin percatarse de que, pese a que cree que su operación le ha funcionado a la perfección, el tiro le sale por la culata ya que su rostro y su actuación queda gravada.

Toda la escena dura unos 45 segundos. Pero el robo, con la rotura del cristal incluida, dura apenas 15 segundos, lo que evidencia la experiencia y el conocimiento que tiene el ladrón a la hora de llevar a cabo toda la operación. Es decir, en apenas 15 segundos, rompe el cristal de un coche con un simple golpe, se abre un hueco, y coge las pertenencias ajenas que tiene a la vista, incluido lo que parece un bolso rojo.

Una vez acabada la operación, su socio, el que está al volante del coche que al principio del vídeo echa marcha atrás unos metros, se acerca al individiduo y ambos abandonan el lugar de los hechos creyéndose impunes y triunfadores. Pero, en este caso, la cámara no engaña y el rostro del ladrón queda claramente gravado en ella.

En el vídeo se puede observar cómo el ladrón actúa:

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