La problemática de menores marroquíes diambulando por el centro de Barcelona continúa, y ayer los Mossos d’Esquadra comunicaron a los responsables de la Conselleria de Afers Socials que no pueden seguir habilitando espacios en sus comisarías para alojar a la treintena de menores inmigrantes y desamparados que desde hace varias semanas se presentan diariamente en las dependencias policiales. Sin ir más lejos, el pasado martes por la noche, una docena de jóvenes procedentes de Marruecos, y bajo la tutela de la administración, dormían en la sala de espera de la comisaría de Ciutat Vella.
Tal y como explican desde Mossos d'Esquadra, algunos niños de tan solo 10 años llevaban tres noches durmiendo allí sin ducharse y comiendo lo que los mismos policias les compraban con su dinero en los comercios del barrio. No es un caso aislado, ya que el problema se extiende a otras comisarias del barrio del Eixample, Horta, Badalona, Santa Coloma, Premià de Mar, Mataró, Tarragona y Girona, donde también están sufriendo esta situación, que ha empeorado desde el pasado lunes.
La mayoría de estos jóvenes proceden de Marruecos, de donde salieron hace meses, y cruzaron a la Península, algunos en patera y otros en los bajos de un camión, buscando una vida mejor.
FALTA DE EFECTIVOS
Al parecer, la situación se ha complicado desde que el centro de Avinguda Paral·lel de Barcelona cerrase sus puertas, obligando a los jóvenes a trasladarse al centro de El Masnou. El pasado lunes, el jefe de sala de los Mossos recibió una notificación de la Dgaia (Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència) alertando de que los jóvenes deberían ser trasladados al nuevo centro de El Masnou, algo que el cuerpo policial se niega por la falta de efectivos y la saturación del servicio.
Anoche, la situación era tan insostenible que los responsables de los Mossos d’Esquadra de Barcelona ordenaron escribir unas diligencias que en las próximas horas, si cuentan con el visto bueno de la Conselleria d’Interior, presentarán en la Fiscalía de Menores, denunciando la situación de desamparo de estos inmigrantes.
COMISARIAS SATURADAS
Algunos polícias denuncian que las comisarias no son lugares habilitados para que estos jóvenes duerman ni una ni cuatro noches seguidas, como tampoco son espacios seguros para nadie. También se quejan de que las personas que acuden a la comisaría tienen que permanecer en la entrada, ya que las salas de espera estaban ocupadas por estos menores.
Tal y como informa La Vanguardia, los mandos dieron instrucciones a las patrullas de reubicar a todos los menores en centros de la Dgaia, hasta vaciar las comisarías. El protocolo que siguen se basa en llamar a cada centro, y si el responsable afirma no tener plazas, los Mossos se personan en el lugar, llamando al timbre, y preguntando si se pueden hacer cargo del menor. En caso de que algún responsable del centro se negara a acoger al menor, la patrulla le hacía firmar un formulario identificando a quien rechazaba al menor, que era llevado de nuevo a comisaría.