Vecinos del pasaje Bori viven con preocupación como, casi a diario, un grupo de pirómanos quema coches y contenedores en el barrio. El pasado domingo día 13 se despertaron con una estampa terrible. Siete coches habían ardido durante la noche. No fueron más porque había un espacio libre entre el último coche quemado y el siguiente que se encontraba estacionado. Una vecina comenta que su vivienda da a la parte trasera del pasaje y no escuchó nada. Otros vecinos, sin embargo, aseguraron que, alrededor de las cinco de la madrugada, habían oído un sonido parecido al de fuegos artificiales. Nada más lejos de la realidad.
Uno de los vehículos afectados pertenecía a un joven que había acabado de pagar el coche en diciembre y no lo tenía asegurado a todo riesgo. La cobertura a terceros no protege ante actos de vandalismo así que, de la noche a la mañana, perdió su coche nuevo. Cuando avisaron a los servicios de emergencia, supieron que habían estado sofocando incendios en dos contenedores de basura en dos puntos diferentes del barrio esa misma noche. No dan abasto.
VECINOS ATEMORIZADOS
La mayor preocupación de los vecinos del pasaje Bori y de las calles cercanas es que los vehículos incendiados se encuentran aparcados en la calle, cerca de las viviendas cuyas vigas son de madera y podrían arder con facilidad. “Tenemos la sensación de que las autoridades no actuarán con contundencia hasta que pase alguna desgracia”, afirma una vecina del pasaje Bori que no ha querido hacer público su nombre ya que aparca su coche en la calle y está preocupada. “La Guàrdia Urbana nos ha recomendado no aparcar cerca de contenedores”, afirma.
La quema de depósitos de basura se produce casi a diario. A veces es uno, otras noches tres los que acaban en llamas. Esas son las cifras que ella y sus vecinos, que se comunican a través de un grupo en una red social, tienen controladas. Lo que les mantiene en vilo es que, tras la quema de un contenedor el fuego se propague hacia un vehículo particular, de ahí a un árbol y que pueda ascender hasta alguna vivienda.
LIMPIEZA TRAS LOS INCENDIOS
Los vecinos han perdido la cuenta de cuántas peticiones de limpieza han registrado ante el Ayuntamiento, tanto de manera telefónica como telemática. Y es que, tras los incendios, el barrio ha quedado impregnado por una pasta negra sobre la que tienen que caminar y que acaba entrando en sus portales y en sus casas. Desde el Ayuntamiento les aseguran que ya han retirado todos los residuos pero han compartido imágenes en las que puede observarse como, en el suelo, aún hay restos de cristales rotos y de suciedad.
Pese a que les ha asegurado que se trata de la acera calcinada, los propios vecinos han salido a la calle con mangueras particulares para retirar esta pasta negra. “Si con la presión de nuestras mangueras hemos podido retirar este residuo negro, suponemos que con la presión de los equipos de limpieza municipales, podríamos dejar las aceras limpias otra vez”, afirman los vecinos.
A lo que sí se ha comprometido el Ayuntamiento es a reparar el pavimento que ha estallado por la alta temperatura y que impide a ancianos, padres con carritos de bebé o vecinos con movilidad reducida que caminan en silla de ruedas moverse con facilidad. Aún así, los vecinos no saben cuando se iniciaran estas obras de reparación.
SENSACIÓN DE INSEGURIDAD
Además de este tipo de actos vandálicos, los vecinos de la zona aseguran que han experimentado un repunte de los actos vandálicos en el barrio en los últimos tiempo. Los hurtos y robos de carteras, bolsos y móviles se suman a una ola de robos en domicilios que no les permiten estar tranquilos.
La Guàrdia Urbana ha mostrado su preocupación por este tema. Fuentes de la policía aseguran que están siguiendo este tema muy de cerca y que se ha iniciado una investigación. De momento no han querido desvelar si tienen a algún sospechoso o si estos incendios están relacionados con la quema de contenedores en otros puntos de la ciudad. Desde el pasado mes de diciembre, en la zona de Pallars y Roc Boronat se han quemado una cuarentena de contenedores.