El Metro de Barcelona ha sido escenario en los últimos tiempos de algunas escenas de violencia y enfrentamientos entre los servicios de seguridad y grupos habitualmente de jóvenes. En los últimos meses este tipo de peleas han sido cada vez más habituales y más violentas, con la participación de grupos de jóvenes que se enfrentan a los miembros de los servicios de seguridad.
Las últimas peleas que se han podido ve gracias a los vídeos grabados por algunos usuarios evidencian que el nivel de violencia está siendo cada vez más elevado y que las situaciones de serio peligro se están convirtiendo en algo casi normal.
ENFRENTAMIENTOS CON GRAFITEROS
Los primeros grandes enfrentamientos que se pudieron ver en el interior del suburbano fueron los que tuvieron los miembros del servicio de seguridad con grupos de grafiteros que accedían a las instalaciones del suburbano para pitar los vagones.
Estos últimos accedían a las instalaciones y se enfrentaban sin miramientos a los empleados de TMB y a los vigilantes de seguridad, que en ocasiones no tenían el poder suficiente para hacer frente a las amenazas y las actitudes violentas de los agresores.
De las peleas con los grupos de grafiteros que entre 2017 y 2018 actuaban con absoluta impunidad en el Metro se hicieron famosas las del ataque de estos a un grupo de vigilantes en Can Vidalete; o aquella en la que atacaron lanzando piedras a trabajadores del propio Metro que estaban en el interior de un vagón, o la vez en la que los mossos y guardias urbanos detuvieron a cinco grafiteros pillados in fraganti en el Metro.
ACTITUDES MÁS VIOLENTAS
Pese a ello, las peores situaciones que han vivido los vigilantes de seguridad del Metro hay que buscarlas en las peleas en las que se han visto implicados grupos cada vez más numerosos de jóvenes que actúan con extremada violencia.
Las dos últimas y más recientes han ocurrido hace apenas unos días. Y ambas en las zona de ocio próximas a las playas que frecuentan los jóvenes.
Entre ambas agresiones, una batalla campal ocurrida el pasado fin de semana en la estación de Ciutadella - Villa Olímpica y otra ocurrida en la estación de Maresme-Forum que acabó con la presencia de guardias urbanos y mossos y la detención de uno de los agresores, hay claros nexos de unión.
Ambas han ocurrido en la misma línea de Metro, la 4; en ambas han actuado grupos numerosos de jóvenes que han usado métodos muy violentos; y en ambas los guardias de seguridad han tenido que recurrir al uso de la fuerza para evitar las agresiones.
QUEJAS DE LOS VIGILANTES
Todos estos episodios han servido para que los vigilantes de seguridad del Metro hayan dado la voz de alarma tanto por la escasez de personal para cubrir todas las líneas como por el peligro que para ellos supone la actitud tan agresiva que en muchas ocasiones muestran los usuarios, sobre todo en determinadas zonas y a ciertas horas.
Por ello exigen que se les proporcionen mejores medidas disuasorias para evitar que los agresores puedan actuar con tanta facilidad y enfrentarse a ellos sin miedo.
Todo ello sin contar con las dificultades que tienen para enfrentarse a los carteristas que actúan habitualmente en algunas líneas, o a las personas que con problemas psicológicos generan situaciones de peligro tanto para los usuarios como para los propios agentes del servicio de seguridad.