Se acerca a un grupo de turistas y se hace el simpático. Rápidamente aprovecha el clima para abrazar y manosear a los visitantes, sobre todo si son mujeres. Va disfrazado con un atuendo de color blanco, un sombrero y la cara pintada. No es una estatua viviente de La Rambla, sino un hombre que saca rédito a la ocasión para pedir dinero junto con otras tres mujeres, todos ellos presuntamente de origen rumano.
Tal como se puede apreciar en los distintos vídeos difundidos a través de las redes sociales, el sujeto increpa a parejas de extranjeros que toman fotos de las míticas palomas en plaza Catalunya o que pasean sin rumbo. A una chica incluso la aparta de su compañero con caricias, un gesto invasivo y le da un beso. A otra la acompaña durante un tramo con el brazo sobre el hombro y uno de los acompañantes se ve obligado a interceder.
Según denuncia la cuenta Helpers, esta escena se repite centenares de veces a lo largo del día. Y no solo eso: porque el objetivo final es pedir dinero. Cuando el hombre entabla una pequeña conversación con las víctimas les ofrece sacarse una foto con él. A los que aceptan luego les pide dinero.
Para sorpresa de los turistas, no le vale con unas pocas monedas, sino que exige billetes de 5 o 10 euros. Si se niegan, saca a relucir su actitud más agresiva o se hace el indignado y se va cabizbajo a otear nuevas posibles presas de su estrategia para sacar dinero.