“Los carteristas no descansan en invierno, nosotros tampoco”. Así resume Eliana Guerrero, la cazacarteristas más popular de Barcelona, la situación en el metro de la capital catalana. Desde el final del verano, Patrulla Ciudadana BCN, la iniciativa ciudadana creada este verano por esta empresaria, suma una veintena de incorporaciones.
Este invierno los carteristas del suburbano tendrán que lidiar, al menos, con un equipo de 70 voluntarios que se organizan para combatir las decenas de hurtos que se cometen a diario y señalar a los ladrones que meten la mano en mochilas, bolsos y bolsillos ante la policía y los vigilantes de seguridad.
“Estoy muy sorprendida y agradecida. Pensaba que con la llegada del invierno todo el mundo se iba a desperdigar pero estamos creciendo. Tenemos mucha gente nueva”, comenta a Metrópoli Abierta Guerrero, que hace 12 años empezó su cruzada particular contra los ladrones del metro. “La gente está indignada”, sigue esta barcelonesa de 47 años. La fundadora del grupo alerta que los carteristas empiezan a llevar armas blancas con las que amenazan a estos voluntarios. Autoridades y cuerpos policiales advierten del peligro de estas acciones.
PERFIL VARIADO
Muchos de los voluntarios que forman el grupo han sido víctimas de algún hurto. Hay personas que llevan años viviendo en la ciudad y, otras, que se han instalado hace pocos meses. Entre los extranjeros se encuentran holandeses, chilenos, bolivianos y un buen grupo de norte americanos. “Son personas que adoran Barcelona, que tienen un sentido de pertenencia a la ciudad”, destaca Guerrero. Entre ellos financian la impresión de panfletos, camisetas y la variada paleta de objetos con los que actúan, como silbidos, para alertar a vecinos y turistas, además de spray pimienta para defenderse en caso de agresiones.
Andrea Martínez, de 29 años, es uno de los nuevos fichajes. Ha participado en cuatro patrullas y empieza a identificar a los primeros rateros. "De momento no me dejan hacer mucho. Estoy observando y aprendiendo las normas del grupo. Llevamos ropa deportiva y está prohibido insultar y agredir", explica. El pasado miércoles, Martínez se topó con un señor mayor y un hombre vestido de traje. "Nunca hubiese dicho que son ladrones", comentó sorprendida.
CENTENARES DE LADRONES
Estos grupos ciudadanos, que han proliferado este verano, exigen un endurecimiento del Código Penal que, hoy en día, castiga a los delincuentes con simples multas –siempre que el botín no supere los 400 euros–. Guerrero conoce a muchos de los cerca de 300 ladrones que, según sus cálculos, roban en vagones y andenes. En invierno planea patrullar en nuevas zonas aunque, los ladrones, –muy coordinados– se comunican constantemente a través de Whatsapp para prevenir las zonas vigiladas.
Los amigos de Martínez no aprueban su participación en las patrullas. "Dicen que es una locura, pero mi familia me apoya". Esta mujer destaca su labor porque "es un trabajo que nadie hace", aunque ella nunca haya sido víctima de un hurto. "No puede ser que esta gente salga a la calle como si fuera un trabajo normal", sigue. A pesar de una agresión que recibió un compañero, de momento no teme a las reprimendas de los ladrones y tampoco piensa comprarse el spray de autodefensa que llevan algunos voluntarios.
IDENTIFICACIONES POLICIALES
El Ayuntamiento de Ada Colau y los Mossos d’Esquadra anunciaron hace unos meses su intención de combatir estas patrullas. Guerrero asegura que ya se producen identificaciones por parte de Guardia Urbana y policía catalana. Sin embargo, estas retenciones están lejos de alcanzar su objetivo. “Consiguen el efecto contrario”, señala. “Nos han tenido retenidos 45 minutos mientras los carteristas nos hacían peinetas por detrás”, denuncia esta mujer, instalada en Barcelona desde hace 19 años.
La línea 3 es una de las más afectadas por los hurtos. También la 5, sobre todo cuando el Barça juega en el Camp Nou y los carteristas, con camisetas y bufandas azulgranas, se funden en la masa culé que se dirige al estadio para sustraer móviles y carteras. En verano, uno de los puntos calientes es la línea 4 y los viernes, a los ladrones les gusta ir a las estaciones de Poble Sec y Plaza España, donde asaltan a los curiosos que se acercan hasta la fuente de Montjuïc para ver el conocido espectáculo visual.
HASTA 30.000 EUROS AL MES
Después de más de una década persiguiéndoles, Guerrero conoce bien las ganancias de estos rufianes. Afirma que, de promedio, un carterista puede ganar entre 10.000 y 30.000 euros. “Libres de impuestos”, comenta en tono de sorna. Después de evitar centenares de hurtos, no tiene previsto dejar sus actuaciones de denuncia en el metro. “No quiero seguir con el taca-taca persiguiendo a los carteristas. Me parece indignante que, hasta ahora, nadie haya tomado nota de la situación", lamenta.