Dos años después, Rosa Peral y Albert López se han vuelto a ver las caras. Apenas tres metros separaban a ambos en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Barcelona donde ha empezado el juicio por el asesinato de Pedro Rodríguez, de 39 años. Compungida y con semblante preocupado, Peral ha permanecido casi inmóvil durante la primera jornada de juicio. Ha llorado al escuchar el relato de las acusaciones y las defensas. Mascando chicle y aparentemente más despreocupado, López oía impasivo las declaraciones incriminatorias. Ambos han tomado notas de lo que se decía en la sala. Se enfrentan a penas de hasta 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía.

Los relatos de Rosa Peral y Albert López, exagentes de la Guardia Urbana acusados de asesinar a Pedro Rodríguez, otro agente del cuerpo, están enfrentados de principio fin. Los abogados de ambos han trazado dos escenarios opuestos en los que una parte acusa a la otra del crimen. Los investigadores apuntan a un inestable triángulo amoroso como detonante del asesinato, cometido el 2 de mayo de 2017. Los dos expolicías, que mantuvieron una relación sentimental desde 2013 a 2016, habrían matado a Rodríguez al entender que, éste, suponía un freno en su idilio amoroso.

UN ‘JUICIO PARALELO’

La abogada de Peral, Olga Arderiu, ha cargado contra el “juicio paralelo” que, según ella, han realizado los medios de comunicación durante los dos años que ha durado la investigación del caso. “Esperemos que no se la juzgue por su curriculum sexual, sino por unos hechos”, ha pedido la letrada en su alegato inicial, antes de las declaraciones de los primeros testigos que empezarán este martes. 

Los Mossos d’Esquadra creen que la acusada llegó a mantener tres relaciones simultáneas: el matrimonio con su exmarido, también agente de la policía autonómica, el noviazgo furtivo con López, compañero de trabajo, y la historia secreta con Rodríguez, otro compañero de la Guardia Urbana, divorciado y padre de un hijo. Todos los letrados de la sala han coincidido en recomendar a los nueve miembros del jurado de ignorar la "intoxicación" mediática durante el juicio.

ATAQUE DE CELOS

En la noche del crimen, el relato de Peral es el de una mujer asustada, “en estado de shock”, según la letrada, por la entrada de López a su casa y el supuesto ataque a Rodríguez que acabaría con su vida. López le confiscó el móvil y la obligó a subir al piso de arriba con las niñas. Una o dos horas después, lo vio ensangrentado, con salpicaduras en la cara y con una hacha en la mano.  “Vas a hacer lo que yo te diga, vas a hacer vida normal”, le dijo, según la defensa de Peral, que le preguntó qué había hecho con Pedro sin obtener respuesta.

Rosa Peral, durante la reconstrucción del crimen hace dos años / EFE



Si Rosa no denunció lo sucedido antes los mossos días después fue, dice, debido a las amenazas de López sobre ella y sus hijas pequeñas de 2 y 4 años que le causaron un “miedo insuperable que la paralizó y no le dejó actuar”. La acusación particular rechaza esta versión y se pregunta por qué Peral no comunicó estas amenaza a la policía, dado sus conocimientos en los protocolos de violencia de genero como agente de la autoridad.  “Peral no será una santa, dudo que nadie lo sea, pero les aseguro que  no es una asesina”, ha concluido Arderiu, ante el jurado popular formado por nueve personas (cinco mujeres y cuatro hombres).

VIOLENCIA DOMÉSTICA 

José Luis Bravo, abogado de López, ha expresado todo lo contrario. Que quién estaba en shock era su cliente cuando Peral lo llamó entre sollozos y le dijo que había matado a Rodríguez tras una pelea. “Esto es un caso de violencia doméstica en el que la víctima es el hombre”, ha afirmado el letrado. El acusado planteó a Peral explicar el caso a la policía como un accidente en legítima defensa, esta se negó, y él acordó guardar en secreto lo sucedido. “Esto le ha costado más de dos años de prisión preventiva”, ha lamentado el letrado.

Las tesis de la Fiscalía y la acusación particular son prácticamente iguales, según ha explicado hoy el abogado de la familia de la víctima, Juan Carlos Zayas. Ambos creen que los acusados planearon juntos el asesinato y lo llevaron a cabo sin la menor posibilidad de defensión de Rodríguez, seguramente drogado con algún somnífero o medicamento.

‘MACHISMO AL REVÉS’

Zayas ha expuesto el caso como un caso de violencia machista a la inversa. “He llegado a la conclusión que este caso tiene que ver con el machismo, pero al revés”, ha expresado. El relato de letrado señala que Peral no pudo admitir que Rodríguez quisiera terminar la relación (a causa del engaño con López) por las opiniones que suscitaría esta circunstancia entre los compañeros de la Urbana. “Por eso planeó matarlo. Pedro era fuerte, no era fácil acabar con su vida, y pensó que López podría ayudarla”, ha explicado este lunes en sede judicial.

En el momento del crimen, López y Peral estaban investigados por la muerte de un mantero en Montjuïc que cayó desde lo alto de un terraplén. La acusación particular asegura que, en su día, Peral le dijo a la víctima que López le confesó haber matado al mantero tras un supuesto enfrentamiento durante un dispositivo top manta en el que la mujer recibió una puñalada en la pierna.

De izquierda a derecha: Albert López, Rosa Peral y Pedro Rodríguez / EFE



El abogado de la familia Rodríguez mantiene que para convencer a López para participar en el crimen, Peral le llamó alertándolo que su novio quería romper con ella y que, como represalia, podía denunciar los hechos de Montjuïc. La “rabia e inquina”, que sentía el exagente por Rodríguez, con quien competía por el amor de Rosa, terminó de convencer al acusado de cometer el crimen.

LA FISCALÍA: EL MAL GRATUITO EXISTE

El fiscal del caso, Felíx Martín, ha reconocido a las cinco mujeres y cuatro hombres del jurado que no ha podido esclarecer la causa ni la hora de la muerte. El Ministerio Público ha trasladado al tribunal la importancia de las "deducciones" para dar con la respuesta que plantea el crimen. "No tenemos imágenes de los hechos, no les vamos a engañar", admitía.

"Me da absolutamente igual la La vida personal de los acusados, pero su vida privada permite entender la psicología que lleva a una persona a asesinar", ha avisado. "Es importante entender el triángulo amoroso entre los tres implicados", ha insistido el fiscal.  Para el representante de la acusación pública, "el mal gratuito existe, es feo y cutre".

 

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