La epidemia sanitaria que afronta Barcelona ha cogido a todas las administraciones, empresas y ciudadanía sin las medidas de seguridad necesarias para evitar la propagación del virus. En la Guardia Urbana, como todos los cuerpos policiales, escasean las mascarillas y no todos los agentes disponen de una. El sindicato Sapol calcula que se necesitan 7.500 cada semana.
Este miércoles, el Ayuntamiento recibió una comanda de 6.000 que se repartieron entre diferentes servicios municipales, por ejemplo, servicios sociales. Una parte importante se repartieron, también, entre los agentes de policía, pero no son suficientes. Actualmente, unos 1.700 agentes salen a la calle cada día.
"Llevamos dos meses pidiendo mascarillas", asegura Jordi Rodríguez, portavoz del sindicato Sapol. La Guardia Urbana tiene confirmados 5 casos positivos de coronavirus entre sus agentes. En consecuencia, hay más de 200 policías confinados que tuvieron contacto de alguna manera con estos agentes.
PROBLEMAS A DISTANCIA
Los conflictos de convivencia se derivan ahora a la policía de barrio de cada distrito que cuenta con entre dos y seis unidades en función de la zona. Las denuncias por confinamiento se han disparado estos días con 4.112 sanciones, así como los avisos a la urbana (12.000). La Urbana tiene la orden de solucionar, siempre que pueda, los problemas a distancia, vía telefónica. Se hace en los casos de conflictos leves, que se pueden solucionar con una mediación. Si el problema es más grave, se desplaza una patrulla.
Desde Sapol apuntan que el volumen de llamadas es el habitual, pero que están creciendo. A diferencia de antes del confinamiento cuando las llamadas se concentraban el fin de semana, ahora se dan todos los días.
SALA DE MANDO
La sala conjunta de mando de la ciudad, donde participan Mossos d'Esquadra, Guardia Urbana, bomberos y personal del Servei d'Emergències Mèdiques (SEM) ha sido dividido en tres espacios para minimizar el riesgo de contagio y seguir con el funcionamiento habitual.
En el seno de la urbana se están "diversificando los grupos de trabajo", señala Rodríguez. "Son necesarias pautas para prevenir y no contagiar a nadie. Nos tenemos que autoproteger garantizando la salud del servicio", señala.
Durante los primeros días de confinamiento, los agentes actuaron en algunos botellones en la vía pública. A medida que ha avanzado la semana, estas actuaciones se han reducido a casi ninguna. Sin embargo, algunos ciudadanos siguen vulnerando el estado de alarma.