Francisco Javier Martínez es el padre de Xavi, el niño de tres años asesinado el 17 de agosto de 2017 en La Rambla por el yihadismo. Este viernes ha declarado como testigo en el juicio de los atentados de Barcelona y Cambrils. Entre lágrimas y visiblemente emocionado ha recordado el peor día de su vida. "Todos los sentimientos que tiene uno en la vida para luchar quedaron rotos en el suelo de La Rambla", ha expresado.
El fatídico día su exmujer le llamó para decirle que su hijo había sido atropellado. No se percató de la gravedad de lo sucedido hasta que no llegó a La Rambla y vio a "gente en el suelo" y comenzó a escuchar las sirenas. Aún así, ha recordado que había "un silencio" que jamás olvidará: "No lo he escuchado nunca, ni en ninguna iglesia, ni en ningún sitio", ha asegurado.
'SILENCIO SEPULCRAL'
Con voz entrecortada y asegurando que es "duro" revivir aquel momento, ha continuado explicando al tribunal que en el centro de asistencia primaria en el que se encontraba su hijo pequeño tratando de ser reanimado también "había un montón de personas sentadas con heridas, con brazos partidos, con la boca llena de sangre", entre ellas su expareja y su hija. Allí también reinaba un "silencio sepulcral", ha destacado.
El menor fue trasladado al hospital donde los médicos finalmente certificaron su muerte. "Como padre siempre se piensa que no le puede pasar nada, prefieres que te pase a ti... todos los principios como padre y todos los sentimientos que uno tiene en la vida para luchar se quedaron rotos en el suelo de la Rambla", ha lamentado.