El 22 de octubre de 2017, tres vigilantes del metro de Barcelona fueron víctimas de una agresión bestial en un vagón de la L5 en la estación de Sants. Dos de ellos habían recibido el aviso de que un grupo de 10 personas estaba teniendo un comportamiento incívico en el interior del tren. Cuando acudieron, les propinaron una paliza. Un tercer vigilante, que estaba fuera de servicio, intentó socorrerlos y también fue agredido. Falleció de cáncer hace un mes. Los otros dos exigen ahora una indemnización a Securitas y Transports Metropolitans de Barcelona (TMB).
Tras las paliza, únicamente uno de los implicados fue a juicio. Hubo otros dos encausados, pero uno de ellos era menor de edad y se libró de la condena y el otro huyó del país. El único sentenciado recibió una pena de un año de cárcel y fue obligado a pagar 4.200 a sus víctimas. Insuficiente para los vigilantes agredidos, que según el digital TOT Barcelona ahora habrían interpuesto una demanda contra Securitas y TMB por “infracción en las medidas de seguridad”, “incumplimiento” de las mismas y “negligencia”.
PIDEN MÁS DE 100.000 EUROS
El primero exige una indemnización de entre 27.965,90 y 102.964,90 euros, mientras que el otro reclama entre 47.206,15 y 122.205,15 euros. Ambos exponen que sintieron “miedo e intranquilidad” al regresar a sus puestos de trabajo tras la paliza, y que las empresas contratantes los hicieron volver a la misma línea de metro en la que fueron agredidos, sin opción a un cambio y sin haberles hecho pasar un examen psicológico siquiera. Algo que definen como un “perjuicio y sufrimiento totalmente innecesario”.