Barcelona empezó el 2020 registrando tres homicidios en Ciutat Vella. El 20 de enero John Musetescu mataba a un hombre de unos 40 años y a una mujer de unos 60 en sus domicilios, en un espacio de tiempo de dos horas. Poco después asestaba una puñalada mortal en el pecho de David Caminada, un trabajador del Ayuntamiento, a unos metros de la plaza de Sant Jaume. A unas horas de despedir el año, el balance de muertes violentas en la ciudad condal es de 13 homicidios. Detrás del resto de casos hay palizas, ataques con cuchillo, una madre homicida, violencia de género y un supuesto asesino de indigentes.

Tres días después de su frenética ruta criminal, los Mossos d’Esquadra detenían a Musetescu, que ingresaba en prisión provisional al cabo de unas horas. Los bomberos encontraron a la primera víctima en su piso del barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera tras sofocar las llamas del incendio que él mismo provocó. El cuerpo tenía una bolsa de plástico en la cabeza y signos de violencia. 

A 550 metros vivía Rosa, en la estrecha callejuela de Arc de Sant Vicenç. Los golpes en la cabeza causados presuntamente por el mismo autor le provocaron la muerte. Un rato después, en la calle del Paradís del Gòtic, el mismo homicida apuñalaba a Caminada. Sus acompañantes lograron reducir al autor hasta la llegada de la Guardia Urbana que lo arrestó. La investigación deberá esclarecer qué llevó a un joven de 29 años, de nacionalidad sueca y familia acomodada, a matar y robar a tres personas.

THIAGO, EL ASESINO DE INDIGENTES

La cuarta víctima de 2020 murió por 10 euros. Así lo apuntaron los vecinos de Trinitat Vella. El 15 de febrero un joven de entre 25 y 30 años moría a causa de los golpes propinados por otros dos hombres. Según el relato de varios testigos, los autores se gastaron en alcohol los 10 euros que les prestó para comprar marihuana. Cuando les reclamó el dinero lo golpearon con un trozo de madera por detrás. La paliza posterior, con el joven ya en el suelo, le causó la muerte, ya en el hospital. 

La caravana donde vivía el asesino en serie de indigentes / G.A



El estallido de la pandemia del coronavirus, con la declaración del estado de alarma en España, visibilizó la pobreza extrema reflejada en los centenares de personas sin hogar que duermen en las calles de Barcelona. Los que rechazaron los recursos extraordinarios y los albergues municipales fueron blanco fácil de Thiago Fernández, el supuesto asesino en serie de indigentes. Los Mossos le atribuyen la muerte de tres hombres en el Eixample (16 de abril, 18 de abril y 27 de abril). También sospechan de una cuarta, el 18 de marzo, pero la falta de indicios les impide achacarle esta muerte. 

UN CASO SIN RESOLVER

La División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos cifra en 12 los homicidios cometidos en la capital catalana. Son las diligencias que los agentes han abierto por este delito, castigado con una pena de entre 10 y 15 años de cárcel. La muerte del primer indigente, durante los primeros días de pandemia, es el único caso sin resolver, según explican fuentes de la policía autonómica. Los 13 homicidios contabilizados por este medio representan una cifra menor que los 15 de 2019.

Fernández vivía en una vieja caravana en la urbanización de Les Planes (Sant Cugat). Bajaba de su colina hasta Barcelona en transporte público, cometía sus crímenes con una "violencia gratuita", según la policía, y regresaba a su hogar. Tiene 35 años, es brasileño y sufre algún tipo de trastorno mental. Se acercaba a sus víctimas, que dormían en la calle, y las golpeaba con un objeto contundente. Fue detenido pocas horas después de su último crimen y espera su juicio desde la cárcel.

Jean-Pierre, fotografiado pocos días antes de morir enfrente de Casa Cádiz / CEDIDA



Jean-Pierre fue uno de los objetivos de Thiago. Dormía en la acera, apretujado contra un edificio, a unos metros de la Sagrada Familia. Estaba de paso, tras vagabundear por diferentes puntos de la geografía española. No se metía con nadie y se llevaba bien con las dependientas de comercios de la zona. Su verdugo lo mató el 27 de abril mientras dormía.

PALIZA MORTAL A UN MÚSICO

La siguiente muerte violenta se produjo también en la calle cuando dos jóvenes propinaron una paliza mortal a un músico callejero de origen colombiano en Ciutat Vella. Dos jóvenes fueron detenidos pocos días después. Se cerraba el ecuador del año con ocho homicidios.

La novena víctima mortal de 2020 apenas tenía unas horas de vida cuando murió. El 15 de julio, una madre adolescente de 15 años abandonaba a su bebé tras el parto provocando su muerte poco después. Tras su detención, el juez de menores decretó libertad vigilada y terapia para la joven

VIOLENCIA DE GÉNERO

Un día antes de la muerte del pequeño, Barcelona lamentaba la única muerte por violencia de género cometida en Barcelona este año. El supuesto asesinato tuvo lugar en la Rambla del Raval cuando un joven de 21 años degollaba a su pareja, una joven de la misma edad. La víctima tenía un hijo menor, que presenció el ataque. Los servicios de emergencias no pudieron hacer nada para evitar la muerte de la mujer, que moría en la misma vivienda.

La calle Paradís del Gòtic, donde David Caminada fue apuñalado / G.A



Los datos abiertos de los Mossos, disponibles en su página web, informan de dos homicidios en agosto (Sant Martí y Sants) y dos más en octubre (Eixample y Sant Andreu). Estos casos elevarían el número de homicidios a 17. Consultados por el baile de cifras la policía explica que, en ocasiones, durante el curso de una investigación, casos tratados inicialmente como un homicidio dejan de serlo. También atribuyen esta diferencia de números a un posible error al volcar los datos.

DOS MUERTOS EN UNA SEMANA

Menos dudas despierta la muerte de un hombre de 50 años en el distrito de Horta-Guinardó. Su cadáver fue encontrado el 10 de noviembre con más de cinco cuchilladas. El hombre habría muerto varias semanas antes, según relatan los agentes. El último crimen del año se cometió en Sant Martí. La víctima, una mujer de 65 años con signos visibles de violencia, fue hallada el 18 de noviembre después de que la familia denunciara que no podía contactar con ella. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.

Noticias relacionadas