El administrador de la galería de arte Sala Gaspar de Barcelona, Moishan Gaspar, ha aceptado un año de cárcel por haber vendido a otra sala de exposiciones cuatro obras falsificadas de Joan Miró por un total de 310.000 euros, a sabiendas de que se trataba de imitaciones.

El acusado, descendiente del fundador de la mítica galería barcelonesa, ha pactado una sentencia de conformidad con la Fiscalía por la que ha aceptado un año de prisión por un delito de estafa y la retirada de la responsabilidad civil, dado que ya abonó el pasado febrero los 310.000 euros estafados.

REPARACIÓN DEL DAÑO

Gracias a este acuerdo, por el que el ministerio público le ha aplicado el atenuante muy cualificado de reparación del daño, también se ha retirado la acusación contra la madre del condenado, ya que no ha quedado acreditada su participación en el delito.

Los hechos se remontan a los meses de junio a noviembre de 2016, cuando el procesado, "con el propósito de obtener un enriquecimiento económico injusto", se "aprovechó del prestigio" de su galería y de la relación de confianza que tenía con un cliente con el que ya había hecho negocios antes para venderle obras falsificadas de Miró a precios que oscilaban entre los 50.000 y 100.000 euros.

310.000 EUROS

El estafado llegó a abonar hasta 310.000 euros por cuatro pinturas movido por la "creencia errónea de que se trataba de una obra genuina" del pintor catalán. Sin embargo, tal como ha admitido el acusado, la totalidad de los cuadros eran una imitación de las obras originales. Además, estaban realizadas sin autorización de los titulares del derecho de autor o propiedad intelectual, y habían sido confeccionadas por una persona que no ha sido identificada, motivo por el cual la Assoiation pour la Defénse de l'Oeuvre de Joan Miró se negó a certificarlas.

La Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de ocho años de cárcel para el condenado y su madre, así como una multa de 21.600 euros por un delito de estafa y otro contra la propiedad intelectual.

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