En la ciudad de Shanwei, en la provincia china de Guangdong, está prohibido enterrar a los muertos de forma tradicional. Esta medida se ideó para preservar el territorio y la cremación se estableció como la alternativa permitida. Sin embargo, hay familias que se niegan a cumplir las restricciones e idean opciones para poder inhumar bajo tierra a sus familiares.
Una familia de esta ciudad organizó una ceremonia secreta para hacer creer a los autoridades que incineraban a su familiar difunto. Para conseguirlo, contrataron a un sicario para hacer un intercambio de cadáveres y poder entregar un cuerpo al crematorio.
QUERÍAN OTRO CADÁVER
Según ha informado la BBC, los familiares creían que el sicario cogería el cuerpo de un hombre fallecido, pero finalmente el asesino secuestró y mató a un joven con síndrome de Down.
El hombre invitó a la víctima a subir al coche, lo emborrachó hasta que se desmayase y metió su cuerpo en un ataúd. El cuerpo llegó a los clientes dos días después y los hechos salieron a la luz cuando los allegados del hombre asesinado lo contaron a un medio local de Shanwei.
5.200 EUROS POR UN CUERPO
Este asesinato no se trata de un caso aislado. Según explica La Razón, desde que las autoridades de Guangdong prohibieron enterrar a los muertos en 2017, se han vivido varias situaciones similares.
El caso más sorprendente es el de una familia que pagó 5.200 euros a un sicario, identificado como Huang, para que buscara un sustituto a su familiar fallecido. El asesino fue identificado y el Tribunal Popular Superior de Guangdong lo condenó a cadena perpetua en 2020. La familia que contrató sus servicios, por su parte, se libró de la cárcel y tan solo fue declarada culpable de "insultar a un cadáver".