Un atracador acusado de matar a cuchilladas a un vigilante de seguridad durante el asalto a un supermercado de Mollet del Vallès en 2003 ha aceptado una pena de algo menos de cinco años de prisión, una condena muy inferior a los 28 años que pedía inicialmente el fiscal.

En la Audiencia de Barcelona se ha celebrado este lunes la vista de conformidad, en la que el acusado -Isidro G.F.- ha aceptado el acuerdo entre las partes, por el que se le impone una pena de cuatro años y un mes de prisión por el delito de homicidio, y de diez meses y quince días de cárcel por el delito de robo con violencia e intimidación, en total, 4 años 11 meses y 15 días.

INDEMNIZACIÓN DE 133.000 EUROS

Inicialmente, el fiscal solicitaba en su escrito de acusación una pena de 28 años de prisión: 24 por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, que ha sido rebajado al de homicidio en el acuerdo, y otros 4 años por un delito de robo con violencia e intimidación con uso de arma.

En virtud de esta conformidad entre las partes, el atracador ha sido condenado además a una multa de 1 mes con una cuota diaria de 4 euros por el delito de robo con uso de vehículo, y a pagar una indemnización de 133.000 euros en concepto de responsabilidad civil. 

ASALTO CON UN CUCHILLO

El atraco al supermercado en el que fue asesinado este vigilante, se produjo a última hora de la tarde del 18 de octubre de 2003, si bien el hombre acusado no fue detenido hasta 2015, una vez obtenido el perfil genético de la ropa que abandonó al huir.

Ese día de 2003, dos de los tres atracadores entraron en el supermercado con la cara cubierta por una bufanda para evitar ser identificados, portando uno de ellos un cuchillo de grandes dimensiones con el que intimidó a las empleadas de las cajas registradoras para que entregasen todo el dinero.

Estas, según el fiscal, accedieron a entregar el dinero ante el "temor de ser agredidas", de manera que los asaltantes lograron obtener durante el atraco 1.028,92 euros.

MUERTE

La entrada a gritos de los atracadores en el establecimiento, produjo una desbandada de empleados y clientes hacia la salida, lo que llamó la atención del vigilante de seguridad, que se dirigió a las cajas e intentó evitar el robo.

En ese momento, el acusado empujó al vigilante, que cayó al suelo y, "sin ninguna posibilidad de defenderse" y con la "intención de terminar con su vida", "le clavó de forma reiterada el cuchillo" en diversas partes de su cuerpo.

El ladrón, "movido por el ánimo de acabar definitivamente" con la vida del vigilante, volvió sobre sus pasos tras haber salido del supermercado con el botín y se dirigió de nuevo hasta donde se encontraba malherida la víctima, que yacía en el suelo.

Entonces, "le asesto varias cuchilladas más" porque, según el fiscal, "deseaba provocarle el mayor sufrimiento posible antes de que muriera": Los "padecimientos" que sufrió el vigilante fueron "muy intensos", debido a las "numerosas cuchilladas" que recibió y que le provocaron la muerte a consecuencia de una hemorragia aguda, sostiene el ministerio público.

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