Rashad Mehmood (44 años) está tendido en la acera tapado con sábanas del Hotel Coronado. Acaba de saltar al vacío de su habitación 307, en la tercera planta de este céntrico establecimiento del Poble-sec. Huye de un incendio originado en la habitación 306 que ha generado una monstruosa lengua de humo negro. Ha caído sobre una pila de colchones colocados por vecinos. Está aturdido y exhausto. Ha inhalado mucho humo. Un bombero y un sanitario de emergencias intentan, sin éxito, colocarle la máscara respiratoria. No se deja. Intenta coger alguna bocanada de aire. Morirá ocho horas después por intoxicación de monóxido de carbono en el Hospital Clínic de Barcelona.

Tanzeel Haider no tiene dudas. El hombre malherido del vídeo es su cuñado. Este martes, tres días después del trágico incendio, repasaba de nuevo las imágenes con su smartphone desde el mismo lugar donde lo atendieron. Le acompaña Khalid Mehmood (48 años) y Amir Masood (42 años) dos de los cuatro hermanos de la víctima. Acaban de aterrizar de Noruega. Tanzeel vive en Manchester (Inglaterra) con la hermana del fallecido y señala con rabia la puerta del hotel. "Si la alarma de incendios hubiera funcionado aun seguiría vivo. No tengo palabras para explicar lo que siento", cuenta. 

IRREGULARIDADES EN ALARMAS Y EXTINTORES

Las paredes del vestíbulo huelen a humo 72 horas después del incendio. Tanzeel ya conoce a la dueña del establecimiento. Es la segunda vez que la ve, pero se vuelve a presentar como el familiar de la víctima. La mujer, a la que acompaña un hombre y una mujer, echa a los familiares y a Metrópoli del interior. Tiene los ojos llorosos. "Estamos echos polvo", les dice. El Hotel Coronado tenía una "deficiencia de sistemas de alarmas y extintores", según contó el lunes Albert Batlle, teniente de alcalde de seguridad de Barcelona. El balance del fuego: un muerto y ocho heridos, cuatro de ellos graves. Rashad tenía esposa y tres hijos.

 

Desde que aterrizó en Barcelona, Tenzeel intenta gestionar uno de los peores momentos de su vida. Denuncia que el Ayuntamiento no se ha puesto en contacto con él. "No sabía como hacer los papeles. Cuando llegamos al aeropuerto no había nadie de la policía ni de administración. Suerte del consulado, que es mi casa. Nos han ayudado muchísimo", cuenta.

MUERTE "VIOLENTA" POR UN "ACCIDENTE"

Los funcionarios del Cónsul del Pakistán en Barcelona le han facilitado las huellas de la víctima para que puedan realizar los diferentes trámites necesarios. Esta mañana han reconocido el cadáver y han tenido acceso a la autopsia, según la cual, su muerte fue "violenta", fruto de un "accidente". Según ha podido saber este medio la expatriación del cuerpo ya ha sido autorizada por un juez.

La hija mayor de Rashad tiene 22 años y la muerte de su padre le ha dejado en un estado de shock. "No le han salido ni lágrimas. No habla ni escucha", cuenta su tío. La joven tiene dos hermanos, de 20 y 14 años. Los tres se han quedado sin padre a causa de un incendio que, muy probablemente, se podría haber evitado. Una información de El País apuntaba este martes que la inquilina de la habitación 306 –donde empezó el fuego– es una mujer con problemas mentales que perdió su piso de Gràcia por otro incendio que pudo ser provocado, según los Mossos d'Esquadra. Sobre el fuego del Hotel Coronado, los investigadores creen que se produjo por una conducta humana.

Rashad Mehmood, fallecido a los 44 años en Barcelona / CEDIDA

 

10 AÑOS EN BARCELONA

"La Guardia Urbana y los servicios sociales sabían que aquí vivía una mujer que estaba mal de la cabeza", reprocha el cuñado, que vuelve a cargar contra el hotel por su grave deficiencia en la seguridad para detectar incendios. "Se supone que un hotel es uno de los lugares más seguros para vivir. ¿Esto es un hotel o un lugar para vacas? ¿Viven animales o vive gente aquí?", se pregunta.

A Tenzeel lo acompañaban este martes una decena de personas, la mayoría amigos del fallecido que viven en Barcelona. Rashad vivió una década en la capital catalana donde llegó en 2000. Encadenó varios trabajos temporales en la construcción y como vigilante hasta que decidió marcharse a Zaragoza en el 2011. Allí abrió un restaurante de kebab. Cuando el negocio dejó de funcionar empezó a vender móviles, trabajo que desempeñaba en la actualidad.

LA FAMILIA PEDIRÁ JUSTICIA

El día de su muerte se encontraba en uno de los habituales viajes de negocio. Acudía brevemente a la ciudad a comprar terminales en una tienda de la calle Sant Pau del Raval y regresaba. Hasta entonces se solía dormir en casa de Tenzeel, pero este decidió irse a Inglaterra con su mujer en 2020. Era la primera vez que la víctima se hospedaba en el Hotel Coronado, ubicado en la calle Nou de la Rambla, a pocos metros de la sala Apolo.

El Hotel Coronado, este martes, con las huellas del incendio en los balcones / GUILLEM ANDRÉS

La familia de la única víctima mortal del incendio del Poble-sec explica que el hombre estaba arreglando papeles para que sus hijos pudieran instalarse en España. Desde el pueblo de Sarai Alamgir, en la provincia del Punjab del país asiático, aun digieren la muerte del principal sustento de la familia. "¿Quién va a cuidar de ellos ahora?", pregunta su cuñado, que traduce del urdu al español las pocas palabras que pronuncian los dos hermanos. "Claro que estudiaremos acciones legales. Estamos en nuestro derecho", añade.

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