Un incendio completamente inesperado dejó a Elvis Junior Machuca sin hogar. El siniestro no solo le dejó heridas físicas, sino que se llevó la vida de su fiel compañero, su perro Nene, que murió asfixiado por el humo. Siete meses después de la catástrofe, el seguro de Cerberus, fondo de inversión propietario del inmueble, le ignora. El piso sigue inhabitable, debido a los destrozos que dejó el fuego, y su alquiler social, tramitado por la Agència de l'Habitatge de Catalunya, –que todavía sigue en vigor– es papel mojado.
BRUTAL INCENDIO
El drama de este vecino de El Coll comenzó el pasado 22 de agosto cuando se despertó a las 06.00 horas de la madrugada, embriagado por el humo de un incendio en su propio domicilio. Se había quedado dormido en el sofá, el único lugar del piso en el que corría el aire en aquella calurosa noche de verano, cuando escuchó a su perro ladrar de fondo. “Me desperté espantado por sus ladridos. Inmediatamente me giré y vi la cocina en llamas. Estaba acorralado”, relata a Metrópoli el protagonista de la historia. Elvis trató de subirse al sofá y saltar la columna de fuego para salvar a su mascota, pero se quemó la cara, el pie, el pelo y las pestañas al intentarlo. “Vi que mi única opción para salir con vida era saltar por la ventana. Me lancé hacia abajo y caí en casa de mi vecina”, relata.
Su primer impulso fue volver al interior del edificio para tratar de salvar a su perro. “Una vecina y yo intentamos reventar la puerta, pero por suerte no pudimos. Los bomberos nos dijeron que el fuego hubiese salido disparado”, cuenta. Fueron los efectivos los que sacaron a Nene del interior del inmueble. Intentaron reanimarlo, pero el pequeño animal no pudo soportar la cantidad de humo que había entrado en su organismo y falleció a los minutos.
Elvis estuvo ingresado un día entero en el hospital. “Había tragado mucho humo, tenía quemaduras de primer y segundo grado y ampollas por casi toda la espalda. Me dijeron que estaba vivo de milagro”, explica el afectado.
PISO DE ALQUILER SOCIAL
El joven llevaba 15 años viviendo en aquel piso ubicado en el número 15 de la calle de la Font del Remei. Cuando sus padres emigraron de Perú se ubicaron directamente en el inmueble, donde estuvieron de arrendatarios durante más de una década. Cuando estos decidieron volver a su país de origen, Elvis quiso quedarse. El propietario le hizo un contrato de 400 euros, pero al poco tiempo dejó de pagar su hipoteca. “Yo pagaba y el banco me devolvía el recibo, hasta que un día me llegó una carta de desahucio en la que me indicaban que tenía nueve meses para salir del piso”. “Tenía 20 años y no tenía trabajo, pero como entrenaba a cuatro equipos de fútbol y tenía una mascota, la Agència de l'Habitatge de Catalunya me hizo un alquiler social con contrato de cinco años. Pagaba 150 euros”, explica el joven.
Como el lugar estaba “en condiciones de infravivienda”, Habitatge reformó el inmueble para que "reuniese las condiciones mínimas para obtener la cédula de habitabilidad, el certificado de eficiencia energética, así como los boletines necesarios para la contratación e los suministros", según especifica el contrato de alquiler social al que ha tenido acceso este medio. “Cambiaron el techo de gomaespuma y las paredes de papel. Me pusieron una vitrocerámica y me cambiaron la instalación eléctrica, entre otras cosas”, dice Elvis.
INSTALACIÓN ELÉCTRICA DUDOSA
Según el afectado, cuando los peritos fueron a comprobar qué había causado el incendio, “lo tuvieron claro de inmediato”. “Todos los peritos me dijeron que el fuego se había originado a causa de un cortocircuito por el sobrecalentamiento de los cables. Me explicaron que los técnicos de Habitatge que hicieron la instalación eléctrica empalmaron los cables antiguos de tela –que no tienen tanta potencia y se sobre calientan– con los nuevos, en vez de haber hecho una reforma integral”. Por su parte, el informe de Bombers de Barcelona, al que ha podido acceder medio, señala que las "causas no se pueden determinar".
Nadie ha querido hacerse cargo de la supuesta chapuza que dejó sin hogar y sin mascota a Elvis. Casi siete meses después, Divarian Propiedad S.A., la inmobiliaria de Cerberus, hace caso omiso a las súplicas del afectado: “me dicen que está en casos urgentes, pero llevo mucho tiempo esperando. Cada viernes llamo, pero no me dan la solución, tampoco me dicen a qué dirección puedo ir a reclamar”, cuenta el joven, que relata “haber tenido que dormir en el metro, en un cajero o en Collserola” al quedarse sin hogar.
El contrato de alquiler al que ha podido tener acceso este medio especifica que la propiedad es de BBVA, sin embargo, la entidad bancaria vendió toda su cartera inmobiliaria a al fondo de inversión Cerberus en 2018. El fondo se quedó con la inmobiliaria Divarian Propiedad S.A., antes participada con el banco, consituyéndose así como único propietario del piso en el que vivía Elvis. Este medio de comunicación ha hecho una petición de información a la inmobiliaria que debe hacerse cargo del arreglo del inmueble. Al cierre de esta edición, Divarian Propiedad S.A. no ha contestado a los requerimientos informativos de este digital.
SIN SOLUCIÓN
Mientras que la heredera de la antigua Anida retrasa el caso de Elvis, los servicios sociales tampoco le ofrecen una solución sólida: "me dijeron que al no ser suyo el inmueble no podían hacer nada y que, por tener una nómina, no optaba a otro, aunque tengo vigor un contrato de alquiler social", explica.
El damnificado emitió una reclamación a la Agència de l'Habitatge de Catalunya en la que exigía "daños y perjuicios" al organismo ante la supuesta "mala praxis" en la instalación eléctrica. También reclamó que el tiempo de alquiler que había perdido a causa de no poder acceder al piso le fuese "recompensado" dado que tenía el contrato en vigor. Al cierre de esta edición, el organismo de la Generalitat de Catalunya no ha contestado a los requerimientos informativos de este medio.
Por el momento, el piso sigue inhabitable, tal y como se puede ver en las imágenes, y abierto de par en par. “Los vecinos me piden que llame para que lo cierren porque con el viento las puertas hacen ruido. También hay una pared a punto de caerse”, explica el arrendatario.
SECUELAS DEL INCENDIO
Aunque todavía le queda medio año de contrato de alquiler social, Elvis vive en casa de un amigo y se ducha y asea en el gimnasio de un conocido. Dice estar "nervioso e inestable" por "no tener una vivienda digna". "Me han recetado pastillas para dormir”, lamenta a este digital. El joven pide que "se haga justicia", "al menos" por su perro, Nene, y considera que “ya son suficientes” las tragedias que le han tocado vivir en el último año.