El 12 de febrero de 2020 un grave accidente hizo que a Meritxell se le parase "la vida". Como cada mañana, esta motorista salió en moto con su hijo desde su casa, situada en un municipio del área de Barcelona, para dirigirse a la capital catalana. Tras dejar al menor en su colegio de Sarrià, esta barcelonesa continuó el trayecto con su moto en dirección a su trabajo.
Cuando circulaba por la calle de Muntaner pasados pocos minutos de las 08.00 horas, a la altura de la confluencia con la vía Augusta, una motocicleta blanca salió de entre dos vehículos cortando su trayectoria, viéndose obligada a frenar en seco para evitar el impacto pero sin evitar una fuerte caída. La persona que interrumpió su paso se fugó del lugar, mientras que ella fue la víctima de un grave accidente del que más de dos años después aún arrastra secuelas.
Tras ser cuestionada por su accidente y sin lograr una investigación que esclareciera los hechos, Meritxell lucha por identificar a quien provocó su caída y espera poder localizar a los testigos que la ayudaron en el momento del siniestro.
DURO PROCESO MÉDICO
El accidente hizo pasar a la afectada por un duro proceso médico que le ha dejado secuelas. El suceso la llevó a un ingreso hospitalario de 21 días, y a afrontar una complicada vuelta a casa debido a que su vivienda no estaba adaptada para una persona con limitación funcional.
La caída le provocó dos lesiones notables. La más leve fue la rotura de un dedo meñique, mientras que el daño de mayor gravedad fue la fractura de la meseta tibial, lo que comprometía la articulación de una de sus rodillas.
En consecuencia, Meritxell ha tenido que pasar por tres intervenciones quirúrgicas y un proceso de rehabilitación que continúa a día de hoy, más de dos años después de los hechos.
SIN ATESTADO
Después de conseguir una cierta mejoría en su lesión, en abril del pasado año Meritxell se personó en una comisaría de Mossos d'Esquadra para explicar los hechos, quienes la redirigieron a la Guardia Urbana. Un mes más tarde acudió a la policía barcelonesa, que no hizo atestado tras lo sucedido y la emplazó a presentar un escrito a Fiscalía, lo que finalmente hizo el pasado mes de agosto.
"Aquí nadie ha investigado. Cada vez que he intentado sacar algo me han puesto trabas", lamenta Meritxell en declaraciones a Metrópoli. Según Meritxell, al no haber atestado del accidente, la policía barcelonsa no podía hacer más, y no conservó los datos de un testigo que la ayudó y que estuvo presente tanto en el momento de la caída como tras la llegada del agente.
Fuentes de Fiscalía apuntan a este medio que la fiscalía recibió denuncia el 10 de agosto y se abrieron diligencias de investigación, así como que se practicó una investigación muy detallada por parte de la Guardia Urbana, llegando a la conclusión de que no había indicios delictivos. El 17 de diciembre se archivó la investigación, notificando a la denunciante el pasado 18 de enero.
IDENTIFICAR AL CONDUCTOR
Los esfuerzos de esta barcelonesa se centran ahora en lograr una recuperación total, pero también en identificar a quien hizo que cayera al suelo aquel día. "Fue muy rápido, y solo pude ver que fue una moto blanca. Me gustaría encontrar al testigo que me ayudó cuando tuve el accidente y me pidió permiso para coger los papeles de mi moto y enseñárselos a la Guardia Urbana, a otra chica que se quedó conmigo hasta que llegó la ambulancia y a quien viera lo que pasó. Fue en la calle Muntaner en hora punta, había mucha gente", explica.
"Con el accidente se me paró la vida. He tenido tres operaciones, habrá una cuarta, y una rehabilitación muy dolorosa. No he vuelto a coger la moto, le tengo pánico", relata.
Tras sufrir este calvario, Meritxell espera dar con quienes presenciaron su siniestro, las únicas personas que pueden aportar información para localizar a la persona que causó el accidente y se dio a la fuga: "No le quiero ningún daño, solo quiero que sepa lo que me ha hecho para que no vuelva a hacer lo que hizo jamás".