Los Mossos d'Esquadra investigan el atraco que sufrió este viernes una farmacia del distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Dos hombres con pasamontañas protagonizaron un asalto que se saldó con un irrisorio botín: un móvil de empresa que usan los empleados. Así lo explica un trabajador de la farmacia, que relata la secuencia de los hechos.
A las 19.02 horas cuando un hombre con un pasamontañas negro y camiseta negra entraba en el establecimiento ubicado en el número 27 de la calle Teodora Lamadrid y ordenó que pusieran el dinero encima de la mesa. El ladrón empuñaba un cuchillo de grandes dimensiones.
En ese momento, una de las tres farmacéuticas que se hallaba en el negocio atendía a una clienta de edad avanzada. La trabajadora corrió a esconderse en un aparcamiento ubicado en la parte posterior del edificio y la compradora salió rápidamente de la tienda. Metrópoli ha tenido acceso a las imágenes de lo sucedido.
ENCERRADA EN EL LAVABO
La segunda empleada se encerró en un lavabo y la tercera se escondió entre las estanterías aprovechando que el delincuente no la había visto. La farmacia no dispone de caja registradora. En su lugar, los trabajadores introducen el dinero en efectivo en una máquina que devuelve el cambio. Se trata de un sistema que frustra muchos robos, según cuenta este farmacéutico en conversación telefónica.
"Los Mossos nos han contado que el ladrón quería coger una trabajadora para amenazarla y llevarse dinero en efectivo", relata. El hombre registró a toda prisa varios cajones sin suerte.Intentó forzar la puerta del servicio donde se encontraba una de las farmacéuticas, pero tampoco tuvo suerte. Finalmente se llevó un teléfono de poco valor y huyó a la carrera por la calle Castanyer junto a su compinche que lo esperaba en la calle.
APUÑALAMIENTO EN MONTBAU
La farmacéutica aun se recupera del susto al ver el ladrón con un cuchillo. El trabajador cuenta que los farmacéuticos de Barcelona tienen fresco en la memoria el salvaje apuñalamiento que un ladrón propinó contra el trabajador de una farmacia el verano pasado en una farmacia del barrio de Montbau. El empleado forcejeó con el agresor y este le asestó una treintena de cuchilladas. El hombre tuvo mucha suerte y solo recibió heridas leves.