La Fiscalía ha pedido una condena de ocho años y medio de prisión para cuatro Mossos d'Esquadra de Barcelona. Los agentes enfrentan penas privativas de libertad pero haberle agredido, detenido y haber inventado un atestado policial falso.
Los hechos tuvieron lugar en la capital catalana el 13 de noviembre de 2020. Pasada la hora del toque de queda, los agentes pararon al denunciante, que todavía estaba con dos amigos en la calle una vez pasada la hora del toque de queda. El joven les explicó que les "habían robado cinco euros" y estaban buscando al ladrón y les recriminó que era más importante" que lo persiguieran.
Según relata el Ministerio Público en su escrito, este comentario molestó a los agentes, uno de los cuales "abofeteó" a la víctima "y la empujó contra la pared, para posteriormente arrastrarle hasta el medio de la calzada y tirarle al suelo mediante una maniobra de barrido".
Cuando el chico gritó para pedir ayuda, los otros tres policías fueron a ayudar al cabo, mantuvieron al joven inmovilizado durante varios minutos "llegando para ello a recostarse encima suyo, dificultando su respiración, y a sujetarle las piernas a la altura de los tobillos" utilizando la porra.
Después lo esposaron y lo detuvieron y, para justificar el arresto, "a sabiendas de lo incierto de las afirmaciones recogidas por parte de los acusados, se redactó un atestado policial" afirmando que el joven había dado una patada a un policía.
Por estos hechos, la Fiscalía atribuye a los policías un delito contra la integridad moral, uno de detención ilegal, otro de lesiones y otro de falsedad en documento oficial y, además de las penas de prisión, pide inhabilitarles durante 16 años, multarlos con 8.100 euros e imponerles una indemnización conjunta de 3.400 euros.
SESGO RACISTA
Por su parte, la acusación popular que ejerce Irídia afirma que el cabo, desde el principio, "mostró una actitud agresiva, gritando a los jóvenes" y cogió al denunciante por el cuello, lo estampó contra una persiana que tenía detrás, lo separó del resto de chicos y le dio una patada en las piernas y un golpe en la nuca.
Respecto al joven, explica que gritó "quejándose del dolor y diciendo a los agentes que lo estaban torturando, haciendo éstos caso omiso de sus manifestaciones", mientras una vecina grabó toda la escena desde su balcón: según ha contado Irídia en un comunicado este martes, estas imágenes han permitido identificar a los agentes.
Por todo, Irídia les atribuye los mismos delitos que la Fiscalía pero solicita penas más altas, ascendiendo a 15 años y medio de prisión además de una multa de 6.460 euros a cada uno y una indemnización conjunta de 40.000 euros.
En el atestado que los policías redactaron para justificar la detención del joven, expusieron que habían actuado ante un grupo de tres personas latinoamericanas que estaban alteradas y agresivas, y para Irídia "esto muestra que los hechos tuvieron un sesgo racista".