El piloto ruso de un barco mercante, que en 2017 arrolló a un pesquero español en las aguas del Port de Barcelona actuando de forma negligente y causando la muerte de dos de los ocupantes del navío embestido, ha aceptado entrar en prisión por estos hechos.

RECONOCE SU CULPA

El juicio sobre aquel suceso se ha celebrado este martes en el juzgado penal número 16 de Barcelona y en él se ha llegado a una conformidad sobre los hechos: el piloto ruso ha reconocido su negligencia y, a cambio, la Fiscalía ha rebajado su petición inicial de pena (ha reducido de cuatro a dos años la pena de prisión y de seis a tres la prohibición de pilotar un navío en aguas españolas).

MURIERON AHOGADOS

La colisión se produjo el 20 de marzo de 2017, cerca de las 15:00 horas, cuando el mercante ruso, el Midvolga (de 140 metros de eslora, construido en acero y más de 5.000 toneladas de peso) salía del puerto de Barcelona y chocó contra el Fairell, un pesquero español de 25 metros de eslora y 35 toneladas, que regresaba al puerto. En el pesquero viajaban cuatro personas: el patrón, que estaba en la cabina, y tres marineros, que estaban en la cubierta y cayeron al mar por el impacto y quedaron debajo del mercante ruso, lo que provocó que dos de ellos no lograran salir a la superficie y murieran ahogados. El tercero de ellos logró salir a la superficie y fue rescatado junto al patrón, a quien el impacto no hizo caer al agua, aunque saltó de la embarcación porque esta se hundía.



El buque ruso, que se dirigía hacia Alejandría, fue quien al virar hacia babor (izquierda) como maniobra de salida del puerto se puso en la trayectoria del pesquero, que además tenía preferencia de paso por ser el que regresaba al puerto.

ERROR DE CÁLCULO

Según el relato de la Fiscalía, la colisión se produjo por el "cálculo deficiente" que realizó el acusado, que era el primer oficial y quien estaba al timón en ese momento, que hizo que el mercante ruso no maniobrara para evitar la colisión y que, por lo tanto, avisara al pesquero de la situación tan solo unos segundos antes del impacto, cuando este ya no se podía impedir.



Por ello, el acusado ha sido condenado a dos años de prisión y a tres de inhabilitación como piloto en aguas españolas por dos delitos de homicidio imprudente, aunque su abogada cree que no entrará en la cárcel por ser una pena de dos años y no tener ningún antecedente penal (los requisitos que marca la ley para suspender la pena de prisión).



A pesar de que el acusado ruso ha aceptado la mayor parte de culpa, el patrón del pesquero también ha asumido una pequeña porción de la misma: aunque tenía preferencia de paso y no cometió ninguna infracción de circulación marítima, ha quedado acreditado que este no cumplió el deber de vigilancia ocular y acústica que rige en todo momento y que, por ello, no fue consciente de que iba a colisionar con el mercante hasta el último momento ni realizó ninguna maniobra para evitarlo.



Es por ello por lo que el patrón del pesquero ha aceptado reconocerse también como autor de dos homicidios imprudentes, si bien en su modalidad menos grave, y la condena se reduce a una multa de 450 euros.

DISPUTA POR LA RESPONSABILIDAD CIVIL

A pesar de la conformidad en cuanto a la responsabilidad penal de los hechos, el juicio ha continuado para solucionar el apartado en el que no ha habido acuerdo completo: la responsabilidad civil.



El acusado ruso y la aseguradora del Midvolga han aceptado pagar las indemnizaciones de los familiares de los fallecidos, que ascienden en total a 813.000 euros, y al marinero superviviente por las lesiones producidas (9.000 euros), pero no al patrón del pesquero, que pide 17.000 euros por lesiones ni al armador del mismo, que reclama 514.000 euros por la pérdida del navío.



El juicio continuará este próximo miércoles con las declaraciones de los peritos económicos.

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