Un agente de la Policía Nacional salva a un recién nacido que se estaba ahogando. El agente se encontraba de servicio durante la tarde del pasado martes en la estación de metro de Arc de Triomf de la capital catalana. Sobre las 20:00 horas, cuando se disponía a entrar a la parada, pudo observar a un Vigilante de Seguridad con un bebé en los brazos pidiendo asistencia sanitaria.
Según detalla el cuerpo policial en un comunicado, junto al vigilante de seguridad se encontraban también los padres, muy nerviosos porque su hijo no lograba respirar. El pequeño, de hecho, presentaba ya claros síntomas de asfixia, como piel azulada, mirada perdida y dificultad respiratoria.
RÁPIDA ASISTENCIA
El agente cogió al niño, lo sacó fuera de la estación y comenzó a practicarle la maniobra de Hemlich --adaptada al tamaño y edad del pequeño--. Tras varios minutos de procedimiento, el pequeño comenzó a expulsar gran cantidad de mucosa por la nariz y la boca. El vigilante del suburbano, mientras tanto, había llamado al 112 para solicitar asistencia médica.
En este momento, el pequeño comenzó a estabilizarse, comenzando a respirar por su cuenta, a llorar y a recuperar el color. Entonces llegó una dotación sanitaria, que se hizo cargo del niño y lo trasladó al hospital de Sant Pau junto a sus padres. Los conocimientos en primeros auxilios y la rápida actuación del agente lograron salvar la vida al bebé hasta que llegaron los técnicos sanitarios.
Desde ayer, el niño permanece ingresado en el hospital en estado de observación mientras le realizan pruebas médicas.