Tensión en la estación de Rodalies de Catalunya por la polémica reducción que varios vigilantes de seguridad han llevado a cabo contra un hombre. Hasta cinco efectivos se abalanzan contra un joven e intentan inmovilizarle contra el suelo mientras este intenta resistirse. Durante el proceso, hay varios momentos en los que le estrangulan e incluso reaccionan con violencia contra otros usuarios que intentan interponerse o grabar la escena.

Según ha explicado el sindicato ADN, los vigilantes impidieron del paso al joven, que apareció con una bolsa llena de mercancía, se saltó los tornos de la estación de tren y se dirigió corriendo hacia las vías. Aseguran que en múltiples ocasiones, cuando los cuerpos policiales realizan batidas en la calle en las zonas en las que se establecen los manteros, muchos de ellos huyen en dirección a las estaciones de transporte público y se lanzan a las vías para que no les persigan. Sospechando de esa situación, se interpusieron y le recriminaron no haber pagado el billete y, detallan, el joven reaccionó de forma "muy agresiva". Los hechos tuvieron lugar durante la tarde del pasado miércoles.

AGRESIONES

El sindicato denuncia que los cinco vigilantes que participaron en la reducción fueron agredidos no solo por el joven mantero, a quien se le ve propinar golpes y patadas, sino también por otros usuarios, algunos de los cuales le robaron una porra a uno de los vigilantes en plena acción. Los vigilantes han presentado sendas denuncias ante la Guardia Urbana por un delito de lesiones, pues recibieron puñetazos, patadas e incluso mordiscos.

El suceso generó mucha tensión entre los usuarios del tren, que se indignaron al ver la brutalidad con la que se reducía al joven, obstruyéndole las vías respiratorias en algunas ocasiones. También hay momentos en los que los vigilantes se encaran con los otros pasajeros e incluso se propinan empujones. 

A pesar del episodio, el joven consiguió zafarse y se encaró en varias ocasiones contra los vigilantes. Finalmente, se aleja de la escena, semiesposado, custodiado por otros pasajeros que impidieron que le detuvieran.

AGRESIÓN RACISTA

Por su parte, Renfe ha solicitado a la empresa a la cual pertenece el personal de seguridad que aparten "inmediatamente" a cuatro de los vigilantes que participaron en la acción y cataloga los hechos de ser una agresión racista. "No toleramos ninguna actitud ni verbal ni física que pueda atentar contra la integridad de nuestros viajeros, independientemente del hecho anterior que se haya producido", advierte la compañía.

Por su parte, fuentes de seguridad se preguntan "qué es lo que entonces tienen que hacer ante una persona que muestra una actitud violenta hacia todo el mundo". Aseguran, por tanto, que no hubo ninguna motivación racista en durante la reducción y que el informe aportado por el comité de empresa y sindicato indican que "los vigilantes estaban haciendo su trabajo"

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