Pequeño susto en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat.
El pasado miércoles, 31 de julio, un Airbus A320 de Vueling sufrió un fallo de presurización de la cabina tras despegar de la capital catalana, un contratiempo que le obligó a regresar de urgencia a la ciudad.
Regreso a Barcelona
El avión, con destino a Lisboa, tuvo que realizar previamente una serie de comprobaciones sobre el mar antes de tomar tierra.
El aterrizaje se pudo llevar a cabo sin incidencias, tal como informaron los controladores aéreos a través de su cuenta oficial de X.
Situación bajo control
Los mismos detallaron en una publicación que cuando el vuelo que llega con problemas parece tener la situación bajo control, "no es excesivamente complicado integrarlo en la secuencia, aunque hay que preparar el hueco cuando la tripulación notifica estar lista para la aproximación".
"Más complicado resulta cuando la tripulación no tiene ese margen y hay que apartar tráfico para priorizar ese aterrizaje", señalaron. Aunque, en estas situaciones, siempre cuentan con la colaboración del resto de tripulaciones, tal como apuntaron los mismos.